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Los fuertes rayos del sol comenzaban a molestar a la princesa que estaba acurrucada contra las sabanas.

Se sentó en aquel colchón apartando las sabanas de su cuerpo y tallar con suavidad sus ojos tratando de quitar el sueño.

Finalmente pudo abrir lentamente los ojos observando la habitación en la que estaba y dandose rápidamente cuenta que no era la suya.

Rapidamente bajo la vista viendo la camiseta que llevaba puesta de color negra y se veían solamente sus bragas.

Se inclinó para mirar sus prendas esparcidas por el suelo y se levantó de golpe recogiendolas con nerviosismo.

"Tranquila,no paso nada anoche de lo que estas imaginando" la voz de una joven la hizo girarse un poco mirando aquella pelinaranja recargada en el marco de la puerta.

"¿Sana?"preguntó la menor frotándose la frente debido al punzante dolor de cabeza que estaba sintiendo, mientras se colocaba su falda mirando a la chica.

"La misma,al menos recuerdas mi nombre, te dejo para que te vistas y en el baño esta un nuevo cepillo de dientes, te espero en el comedor"una vez terminó de hablar la menor vio como la pelinaranja desaparecía de su campo de visión.

La joven princesa terminó de colocarse los zapatos para caminar hasta el baño viendo el cepillo de dientes en su envoltorio.
Lo abrió y se dispuso a lavarse los dientes viendo su deplorable rostro en el espejo.

Su cabello totalmente despeinado,rimel corrido y pequeñas ojeras se extendían debajo de sus ojos.

De pronto sintió como los recuerdos de anoche llegaban a su mente.

Desde lo que le confesó aquella desconocida no tan desconocida ya,como lloró y como durmió abrazada a su cuerpo.

Terminó con sus dientes y tomo una pequela liga del lavabo mareando su cabello en una coleta alta y lavo su cara tratando de no verse tan mal.

Total,dignidad ya no tenía.

Finalmente se dignó de salir del baño para caminar adentrarse nuevamente a la habitación y comenzar arreglar la cama.

Una vez reunió la fuerza logró salir de aquella habitación con pasos timidos hasta el comedor donde Sana la esperaba escribiendo en su teléfono.

Sintió la presencia de T/N y la miró con una sonrisa levantándose de su silla esperando que la menor se sentará.

Torpemente la princesa se sentó en aquella silla de madera y la mayor la imitó, frente a las dos habían dos platos con panqueques junto dos tazas de café con leche.

"Quizá no sea un desayuno real pero me esforce un poco"la avergonzada voz de Sana hizo que la menor sonriera un poco.

"Se ve delicioso,gracias" ambas comenzaron a comer en silencio, la pelinaranja trataba de comer lo más elegante que podía y la menor trataba de no hacerlo.

Una vez terminaron el contenido de sus platos sólo estaban en aquella mesa tomando café.

"Sobre lo de ayer"comenzó la menor a lo cual Sana la interrumpió.

"Será nuestro secreto,no debes preocuparte, debías desahogarte" la princesa sólo asintió bajando la mirada hasta su taza.

"Gracias por cuidarme y lamento que Jeongyeon me dejara contigo" T/N llevó su taza hasta sus labios pensando que ese era el mejor café que había probado.

"No es tu culpa, ya sabes es un poco egoísta" trató de hacer sentir mejor a la chica frente a ella y nuevamente un silencio se hizo presente.

The Royal FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora