La universidad, mi próximo paso a la adultez y el que sería el último para mi expectativa de vida soñada o por lo menos la que todos esperaban que fuera mi vida. Ya saben millones de dólares en la cuenta bancaria, mansión, esposo e hijos, para rematar con la vejez y los nietos.Al principio me agradaba demasiado la idea, me hacía sentir segura esa idea pero después de cierto tiempo la descarte por completo, porque conforme avanzaba mi vida había menos posibilidades de esa vida. No porque fuera mala en la escuela, o porque no tuviera pretendientes sino, siempre me sentía fuera del lugar y el casi de todo.
Podemos agregarle al eufemismo del año a que mi nombre era Cassi Evans, si... lo detestaba. Como si de alguna forma mi destino ya supiera que no estaba lista para debutar en la vida en general, cosa que si me preguntas la sentía así en verdad.
Dejando mí casi vida de lado, la realidad era aún más triste si se podía. Antes de entrar a la universidad, (que no era la de mis sueños, debo aclarar) para ser precisa casi tres meses antes había fallecido mi abuela materna a la cual yo consideraba más mi mamá que mi propia madre ya que, ella me había criado desde que era un bebe en pañales y me había educado. Así que lo buena persona que podría llegar a ser, era todo gracias a ella pero nunca se lo dije y hubiera deseado tanto habérselo dicho y no haberme comportado como una ingrata los últimos meses, en mi defensa había estado tan triste que sentía que apenas podía respirar.
Nadie lo había notado porque cuando un adolescente tiene depresión generalmente deja de comer o come mucho, tiene notas bajas, duerme mucho o duerme muy poco, pero ese no era mi caso porque me las había arreglado para seguir comportándome como lo haría mi yo natural, mi meta era pasar inapercibida. Cosa que no había funcionado del todo, me esforcé bastante en la escuela para entrar a la universidad que yo quería con al menos el 90% de beca pero al parecer, eso no les agrado a los otros de mi curso ya que no hice ningún amigo en todo el último año de preparatoria que se suponía sería el mejor de mi vida, mis expectativas eran bastantes altas respecto a ese año. Pero como siempre, se quedó en casi.
Al pasar el año que termine afortunadamente viva, cabe mencionar que fui otra vez la casi. Sin embargo eso no fue lo peor, lo peor y horrible vino después con el fallecimiento de mi abuela, esa mierda sí que me había devastado.
Los siguientes meses desde su fallecimiento me había sentido completamente sola y por fin pude entender lo que era sentirse sola en verdad, porque aun que tenía a mi mamá, ella trabajaba para darnos una mejor vida y no podía culparla porque era como si el trabajo la distrajera del gran hecho. Yo por otro lado, había escrito una carta a mi abuela la cual jamás sería entregada...
Desde que te fuiste sigo sintiendo ese vacío en el pecho, pero a la vez lo siento tan lleno de tantas emociones... todo esto me hace sentir tan abrumada y a eso sumándole las emociones de la adolescencia, me siento a colapsar.
A veces me pregunto cómo sería morir y dejar de sentirme así, luego recuerdo que tengo que seguir pero no lo digo por mí sino, por mi mamá. Ella es la persona más especial del mundo, y merece ser feliz y no puedo quitarle la felicidad de su mundo si parto yo después de ti.
Sigo recordando todos los momentos que vivimos juntas, todas las comidas, las salidas, los chismes, las conspiraciones y las pláticas contigo, recuerdo el cómo me reconfortabas con solo un abrazo o unas palabras y me hacías sentir segura.
Meses antes de tu partida, no hablaba contigo porque me sentía sola y deprimida, sentía que ya no te podía contar nada porque no quería que te pusieras mal y pensaras que me iba a volver a cortar, cosa que si hice. Me sentía tan sola que no me di cuenta que tú te sentías igual o peor que yo.
Últimamente con todos me sentía borde, sentía que en cualquier momento iba a llorar o en cualquier momento iba a gritar que me odiaba a mí misma, me odiaba porque había dejado de ser la persona que me gustaba ser.
Ahora con tu partida no me siento ni 1/4 de la persona que era antes, me siento tan pero tan sola y sin seguridad que tengo ganas de llorar todo el tiempo; el solo pensar que cuando llegue de la escuela ya no habrá nadie esperando por mí, nadie a quien pueda llamar y decirle que iré hacia casa, nadie a quien contarle mi día y eso me pone aún más triste de lo que ya me encuentro y ni siquiera he llegado a ese momento. Siento que al llegar, solo querré vomitar.
Te extraño pero no lo digo en voz alta, porque si lo hago no voy a poder parar de llorar y no quiero dar explicaciones del porque mis ojos están rojos o porque al bote de Clonazepam que yace en mi cómoda solo le quedan dos pastillas, sin embargo aquí estamos... escribiendo una carta que no llegara al destinatario.
Cierro mis ojos tratando de contener las lágrimas que amenazan con salir, cansada de leer la carta por segunda vez en el día, decido cerrar la aplicación de notas y prepararme para el que sería mi primer día de universidad.
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Expectativa
Novela JuvenilExpectativa. Es lo que todos tienen acerca de la vida en especial los adolescentes, pero que pasa si te digo que toda mi vida se resume en eso... no por mi parte, por parte del mundo que me rodea. Cuando era más pequeña, la gente parecía no fijarse...