Capítulo 1

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El camión de mudanza se va unas cuantas horas después. No me puedo quejar por su servicio, nos ayudaron a desempacar un par de cosas e instalaron la TV, el servicio de internet que mamá contrató y las viejas lámparas de nuestra anterior casa. Ahora tiene un toque más como mi hogar.

-Cielo, ven a ayudarme con esto. –Escucho la voz de mamá cuando bajo por las escaleras.

Está sobre la isla en medio de la cocina tratando de poner un bombillo, evidentemente no alcanza.

-Ven, yo lo hago. –Le ofrezco mi mano para que baje con cuidado y tomo su lugar sobre la isla, y pongo el bombillo con éxito.

-¿Sabes? Haz crecido mucho este verano. –Dice mientras enciende el interruptor y la cocina es inundada por una intensa luz blanca.

-Sí, he estado ejercitándome un poco en mi cuarto. –Voy hacia el basurero improvisado, o sea una pequeña bolsa negra en una esquina, y desecho las cajas de los bombillos. –No es nada.

-Pues no dudes ese "Nada" hará que te caigan las chicas desde que te vean. -Dice subiendo y bajando las cejas.

-¿Otra vez con eso, mamá? –Giro los ojos y tomo una caja del suelo. –Toma, y por favor ya no insistas con ese tema, no quiero una novia... O por lo menos no por ahora. –Me sonrojo al decir eso.

Y esos desconocidos ojos verdes toman lugar en mi mente sin previo aviso. Odio la sensación que me provoca, siento que se me revuelve el estómago y mi pecho da un vuelco, es extraño y no me gusta.

-Está bien. Ve a ordenar tu cuarto, yo arreglaré aquí abajo.

-Te ayudaré en cuanto termine. –Me acerco y le doy un beso en la frente y corro escaleras arriba.

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No me disgusta la casa, pensé que era más grande pero tiene el espacio perfecto para tres personas, solo que se nota la ausencia de una.

Por fin logré poner mi cuarto de manera que me pueda sentir cómodo aquí adentro, en pocas palabras la volví mi cueva. Bajo a ayudar a mamá a desempacar pero, para mi sorpresa, la encuentro hablando con alguien en la puerta.

-¡Oh! Aquí está. Matthew, ven un momento, cielo. –Voy hacia ella mientras meto las manos en mis bolsillos delanteros.

No me gusta conocer personas.

Llego a la puerta y veo a una pareja no más joven que mi madre, los dos pelinegros y con los años apenas haciendo justicia en sus caras. Parecen la típica pareja feliz de la televisión.

-Cielo, ellos son Vladimir y Stella Coleman, son los que nos vendieron la casa. Vladimir, Stella, este es mi hijo Mathew.

-Un placer, Mathew. –La señora toma mi mano con una sonrisa agradable que llega a sus ojos verdes.

Muy parecidos a los de la chica que vi cuando llegué.

Genial, ahora todo me va a acordar a ella.

-El placer es mío. –Digo tratando de sonar más confiado de lo que soy y le devuelvo el saludo.

-Matthew ¿Huh? –Dice Vladimir sacudiendo mi mano y yo asiento levemente con la cabeza. –Escuché por el pueblo que un becado llamado Matthew Griffin entró al Loyalty High School.

Bien, nos acabamos de mudar en un pueblo de gente chismosa, lo que me faltaba.

-Vaya, es increíble lo rápido que vuelan las informaciones aquí. –Dice mamá con una sonrisa incomoda. Ella tampoco es fan de los chismes.

-Le sorprenderían muchas cosas de Ciudad Cumbre. –Dice Stella y su esposo posa su mano en la cintura de ella. –Como por ejemplo los negocios que hay por aquí cerca. Mathew –Se dirige a mí -, a cuatro calles está la zona a donde van todos los estudiantes después de la escuela a estudiar o a pasar el rato, puedes ir en cualquier momento a comer o a hacer amigos... -Dice todo eso en una milésima de segundo, como si su vida dependiera de ello, solo espero que no todos en este pueblo sean tan raros como estos dos.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2021 ⏰

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