Capitulo 8

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Las calles de la ciudad estaban realmente vacías, Sebastián aún se preguntaba porque había aceptado cumplirle ese favor a Gonzalo de ser el encargado de comprar las cosas para su hogar, pero bueno, tampoco era que tuviera elección con las casi cincuenta llamadas que tuvo de su mejor amigo en un solo día, explicándole que no podía dejar solo a Andrés por distintas razones, las cuales Sebas ya se había cansado de escuchar. 

De vez en cuando lo invadía la curiosidad de saber que se sentiría tener a otro como Andrés y causaba que muchas imágenes pasaran por su mente, porque bueno, a pesar de solo haber visto al gatito un día y otros pocos cuando iba a entregar las bolsas, no sabía hasta qué punto esa clase de animalitos aguantaban el mantenerse al lado de un humano, y tampoco le entraba en la cabeza como pudieron hacer una mutación a tal grado de hacer que algo realmente fantasioso, friki y raro se convirtiera en esos niños que cualquier hombre podría llamarles la atención. 

Cuando Sebastian pasó por una calle oscura, escuchó claramente un fuerte golpe seguido por una maldición, y dejándose llevar por la curiosidad, inclinó un poco la cabeza dentro de esa pequeña calle, para intentar ver que estaba ocurriendo. Le sorprendió ver a un señor grande, gordo y con una gran gorra blanca que parecía un rectángulo con un algodón gigante en la punta. -Un cocinero. -Mejor dicho. Pero eso no era todo, detrás de este o más bien siendo arrastrado por aquel sujeto venía un cuerpo, un niño de una curiosa cabellera azul cielo que se removía intentando escapar del tacto del tipo jalándolo desde la parte trasera de su playera.

 Sebas no se inmutó, quedándose observando la escena con la mirada más fría que podía tener, no le gustaban esos tipos de maltratos, pero tampoco comprendía el porqué de este, es decir, quizás aquel chico había intentado robarle al sujeto y por ello esa reacción. Aunque de igual forma, se estaba pasando un poco.

—¡Cómo te vuelva a ver queriendo robar en mi cocina te juro que no la cuentas, fenómeno!—La voz de aquel tipo enorme resonó en los oídos de Sebastian, observándolo lanzar el delgado cuerpo de aquel chico fuera del callejón y a la calle, justo al frente de donde estaba el castaño, pero muy por el contrario de lo que esperaba, el sujeto ni se inmutó cuando lo vio—A ver si te mueres de hambre de una vez.

Ahí fue cuando pudo verlo, por unos instantes, se perdió en los dos bultos azules que sobresalían del cabello del menor, al igual que una cola se meneaba de lado a lado, mientras el chico se intentaba incorporar un poco, con una notable mueca de dolor, no sabia si debido a la cantidad de golpes que había recibido o al último cuando lo estrelló prácticamente contra el suelo. Se quedo aún más sorprendido cuando lo escucho decir—Jódete, viejo estúpido.

Vio al enorme hombre que cada vez se le hacía más desagradable voltear después de escuchar como lo insultaron, al parecer queriendo continuar con su trabajo, pero Sebas ya podía reaccionar de una mejor forma después de observar y analizar toda la situación. Se acerco al niño y se coloco delante de este, tratando de retar al tipo con la mirada. Se maldijo a si mismo en su mente ¿Cómo iba a ganarle en una pelea a esa mole de grasa? Él cocinero lo miró como esperando que dijera algo y tras un largo suspiro de resignación, volteo un poco para mirar al mas pequeño, observando unos hermosos ojos azules igual de sorprendidos que los del otro sujeto—Ya déjelo, yo me encargo de que no vuelva a entrar a robarle nada...

🐾

Caminaba con las bolsas en las manos y sentía claramente a ese chico cogiendo su playera de uno de sus animes favoritos, la verdad no comprendía, el lo invito a su departamento ¿Por qué la inseguridad de que lo fuera a dejar a medio camino? En lo poco que había logrado observarlo, ya que se mantenía atrás suyo, pudo notar que se veía bastante mas mayor que Andrés, tal vez unos diecisiete años, aun que no era mucho mas alto. A la vez noto que tenía tantas heridas en sus brazos que hizo cuestionarse cuantas más traería en todo su cuerpo. Aunque ya lo había escuchado hablar, ahora ese muchacho se empeñaba en no decirle palabra alguna, aunque por milagroso que suene, ya había intentado sacarle un tema de conversación al menos unas cinco veces.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2021 ⏰

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