Choi SeungCheol es un idol respetado, muy querido y miembro de Seventeen que guarda un secreto.
Choi SeungCheol es sordo y está decidido a asegurarse de que no lo descubran.
Pero cuando ocurren sucesos desafortunados y las personas de su pasado reap...
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'¡Estáis en 3... 2... 1...!'
El ascensor lo dispara al escenario, miles de vítores lo saludan mientras aterriza. Sus ojos observaban a la gente frente a él, las luces y carteles en sus manos, un mar de colores. Su auricular hace una cuenta regresiva diciéndole que la canción estaba a punto de comenzar, aprovechó la oportunidad para llevarse el micrófono a los labios.
-"¡Carats! ¡¿Estáis listos?!"-.
Sus gritos fueron la respuesta y esa fue su señal. La música retumbó a través del escenario, tan fuerte que podía sentirla en todo su cuerpo. La emoción, la emoción bombeaba por sus venas.
Es la hora del espectáculo.
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Los gritos empezaron a amortiguarse cuando el ascensor lo derribó. Saliendo apresuradamente de la máquina, corrió hacia el camerino para el próximo atuendo.
El concierto finalmente fue a todo trapo, los trece miembros junto con varios miembros del personal corrieron de un lado a otro entre el escenario y el camerino, haciendo todo lo posible para mantener el evento en funcionamiento.
Después de que terminó de cambiarse, corrió de regreso a los ascensores del escenario donde estaban el resto de los miembros, esperando que terminara la videograbadora. SeungCheol tomó su lugar al lado de JeongHan, donde los dos intercambiaron miradas.
-"¿Estás listo, Cheol?"-. Preguntó el vocalista mientras la videograbadora comenzaba a llegar al final.
-"He estado esperando demasiado tiempo para no estarlo"-. Respondió mientras ambos subían al escenario.
Pararse en el escenario con sus miembros así, fue lo que le recordó a SeungCheol que él era un idol. La multitud rugiente es lo que le recordó que lo logró. Logró su sueño.
Hasta que estuvo en el escenario, todo se sintió surrealista. Como si fuera solo un fragmento de su imaginación. Estar donde está ahora, le demostró que no era así. Era real.
A SeungCheol le encantó cada momento.
Los conciertos en sí eran especialmente ruidosos, pero el auricular se encargaba de eso. Los usaba en ambos oídos, le permitía escuchar sin su procesador original y ahogaba el exceso de ruido, además de hacer todo lo que haría un auricular normal.
