Día 7: (Free)

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La cita.

Ya tocaban la hora de la tarde y Boruto no había parado de estar con la sangre en la cabeza. No dejaba de hervir, preocupándose por llegar a tener un colapso si seguía de ese modo por los nervios.

De pie frente a esa puerta no se sentía como la persona brillante o habilidoso que todos creían que era, se sentía más bien estúpido. Había actuado impulsivamente y ahora no podía echarse para atrás. Odiaba admitir que aquella situación lo ponía lo más nervioso en toda su vida, si no estuviera recargado en la pared tal vez sus piernas ya le hubieran fallado.

Levantó la cabeza para mirar el sol un poco para no lastimarse los ojos y quedar segado por éste, pero eso solo empeoró la situación. Wasabi le había dicho que estás situaciones son más personales y románticas que una simple comida. Todo esto porque como el idiota que era le había propuesto a Sumire salir a una cita sin siquiera haberla planeado o que estuvieran en sus planes.

¿La razón de esto? Todo había sido por ver tanto a Kawaki con ella en algunas veces que acompañaba a él en su chequeo con Amado y ella. Nunca le importaba tener que acompañarlo, ya sea por desinterés, o por no querer ver mucho a ese hombre que era antes un enemigo, aunque no estaba seguro si realmente había cambiado.

Siempre que iba con él no era más que una excusa para ver a Sumire, ya que le tenía mucho aprecio hacia ella, además de que hacía tiempo que no la había vuelto a ver luego de haberse unido al equipo de científicos para herramientas ninja. Y ahora había vuelto.

En el último chequeo que había ido con Kawaki, fue lo suficientemente aburrido, quitando a Sumire de lado.

Ella se encargó del chequeo, pero por alguna extraña razón cuando la veía divertirse con lo que oía de Kawaki no le gustó. Estaba tan centrado en como su "hermano" no estaba muy interesado en lo que decía, pero a la chica si, y eso le impacientó mucho hasta el punto de haber perdido el control y se fue acercando a ellos y solo para haber dicho que quería salir con Sumire al día siguiente.

Estrujó el pequeño ramo de rosas que tenía en la mano, sus manos sudaban. Las flores fueron idea de su madre, ya que ella quería que él se presentara bien, por lo que se fue a la florería de la familia de Inojin, y claro, tuvo que lidiar con el interrogatorio de él por comprar rosas. Todo era demasiado problemático pero él solo se había metido en tal problema.

Inhaló fuertemente, se sentía incómodo al saber que llevaba su ropa casual y normal de siempre, hasta para las misiones. En todo caso, si Sumire saliera con un vestido completamente diferente a lo normal de siempre él se sentiría ridículo. Rezó porque ella también hubiera decidido usar algo normal.

—Cálmate maldita sea, no es la primera vez que van a comer. —se reprendió.

En efecto no era la primera vez que lo hacían, pero sí la primera que lo hacían de forma totalmente personal. Eso era una cita no una comida después del trabajo. Estaba engañandose, pero sabía que no podía en hacerlo siempre.

Miró la puerta de nuevo y decidió que era momento de llamar. Tomo aire de nuevo y acto seguido tocó de inmediato la puerta del departamento y tan solo pasaron unos segundos antes de que la pelivioleta abriera sin prisa. Boruto no pudo evitar esconder la sonrisa de idiota.

Ahora con todo lo que estaba pasando y en como se había metido en esto con ella, fue captando algo que no lo había hecho antes, y eso era en Sumire; nunca se había dado cuenta de lo bonita que era incluso durante una misión o después cuando la veía con las demás. Ella siempre era bella y más cuando tenía su ropa casual de siempre —lo que puso aliviado a Boruto—, también con ese peinado y esa sonrisa.

~BoruSumi Week [2021]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora