Prólogo.

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—¿Me recuerdas? – me susurró en el oído y rió causando escalofríos.

Desconcertada la miré reojo y efectivamente era ella. Yo estaba segura de que no volvería a verla jamás, todos aquellos recuerdos con ella me golpearon duro y sin anestesia.

—¡Venga, di algo! Di que éstas feliz de que esté de nuevo aquí.

No daba crédito a nada de lo que estuviera pasando en ese momento, después de varios meses esperando que volviera a pedirme perdón. Y no fui yo que la echo de mi vida, fue ella quien decidió irse, cómo la persona orgullosa que soy,  no me atreví a detenerla.

—¿No está ocupado este lugar, cierto? – No respondí porque creí que sí lo ignoraba, tal vez podría ser una mentira.

—Bebé… —su voz resonó en todo el local —¿Estas bien? Te ves muy pálida.

Jade me miraba atónita, incluso tenía la boca abierta, dudando que este chico se estaba preocupando por mí y me había llamado “Bebé”.

—Sí mi amor, estoy bien. Quiero presentarte a alguien – Por fin él se dio cuenta de que Jade estaba ahí y le sonrió – Amor, ella es Jade. Jade él es mi…

Novio – completo él por mí. 

Jade le tendió la mano — Un gusto, soy Jade, su exnovia.

Yo tenía varias teorías de las exnovias, una de ellas es que sólo volvían para arruinarte la bonita vida que tenías. 

La teoría de las exnoviasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora