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Los próximos días, Yang optó por saltearse algunas materias, dado que no tenía ganas de asistir a ellas, aunque en realidad sabía que, si asistía, no podría concentrarse en lo absoluto.

Su cabeza estaba repleta de pensamientos, acerca de sus padres, de su promedio imposible de mantener, acerca de su soledad, y particularmente, acerca de Hyunjin, quién luego de una semana, parecía haber cortado todo contacto con él.

Jeongin lo había previsto antes, más aún así, no podía evitar sentirse un poco dejado de lado. Era obvio que inconscientemente ya se había acostumbrado un poco a ser perseguido por el otro.

No obstante, un día, mientras el menor se movía sin ganas por el césped del campus, vio que el mismo chico que había extrañado, se le acercaba corriendo con una botella de agua en una mano y un papel en la otra, sonriéndole tan alegre y brillantemente que sorprendió un poco a Jeongin.

Al quedar frenre a él, este notó que Hwang estaba medio sudado, respirando ahora con fuerza, más mostrándose totalmente bien frente a él.

"Hola." logró decir finalmente al cabo de unos segundos, recuperando entonces su respiración. "Siento no haberte visto en estos días... Con mi clase estuvimos ensayando y he terminado demasiado tarde."

"No me debes ninguna explicación." Jeongin lo miró sin demasiada expresión, dándose cuenta también que no debería estar triste por ello, ya que no eran nada.

De todas maneras, su comentario hizo sonreír al más alto, quién luego le tendió el papel que sostenía en su mano.

"Este sábado tienes planes? Bailaremos con mi grupo para recaudar fondos para la universidad." preguntó de buen humor, haciendo que Jeongin tomase el volante para leerlo.

"Me estás invitando?" preguntó, sabiendo la respuesta, volviendo a hacer contacto visual con él, percatandose que Hwang parecía entusiasmado por ello. "Realmente no se si pued—"

"Te veré allí entonces." el mayor lo interrumpió, posando su mano en el hombro de Yang a modo de saludo, mostrándole una brillante y real sonrisa, provocando que el menor se quedara quieto en su lugar.

Cada vez que Hyunjin estaba tan cerca de él y le hablaba de esa manera sincera, no podía evitar sentirse incómodo.

Aunque quizás incómodo era algo que él pensaba. Quizás en realidad la palabra era tímido.

De todas maneras, al quedarse por su cuenta nuevamente, Jeongin no pudo creer como por ver a Hyunjin dos segundos, su humor de repente había mejorado.

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𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄𝐑𝐎 | 𝐡𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora