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Sus cuerpos congeniaban como uno solo, él sin vergüenza recorría todo su cuerpo con las manos, le encantaba, la deseaba como nunca había deseado a una mujer en su vida y por eso quería hacerla suya. Sin haberlo previsto le quitó la diminuta camisa que llevaba dejando al descubierto sus enormes senos, los tomó con ambas manos y se preparó para llevárselos a la boca. Ella lo disfrutaba, tanto que dejaba caer su cabeza por efecto del placer.

-¡Buu!

-Mi'erda- El ruloso cerró la laptop rápidamente a la vez que sacaba la mano de su pantalón.

-¿Otra vez viendo esas páginas?- Rió el rubio.

-Me asustaste- Se llevó la mano al corazón- Pensé que eras mi mamá

-Si tu mamá te ve créeme que le da algo y se muere.

- No quiero ni imaginarme que puede pasar si me atrapa- Se abrochó el cierre del pantalón.

-Te mete a una escuela de monjas- Se burló de su mejor amigo.

-Tan solo estando aquí me siento en una- Se paró de la cama y miró a su amigo –sí, bajó la vista a sus pantalones-.

-Ve con confianza Chandler, yo aquí te espero.

Chandler hizo caso al chico del cabello rubio y entró al baño, tenía un problema que solucionar y de seguro le llevaría unos considerables minutos, así que tomo la opción más sencilla... darse una ducha muy, pero muy fría.

Por otro lado, la situación no variaba demasiado con ella, con los ojos cerrados y con una mano dando movimientos rítmicos dentro de su ropa interior se daba el placer que era incapaz de recibir. Gozaba de su soledad plácidamente hasta que un vibrar sobre la mesa la interrumpió.

< ¡Rayos! >

-Hola.

-¿Te interrumpí algo?- Rió la voz tras el teléfono.

-Emm... No Babi ¿Por qué preguntas?- Mintió.

-Tu voz ronca te delata amiga. Estás más caliente que gata en celo.

-Bueno, yo, es que- Balbuceó sin sentido.

-Te llamaba para invitarte a cenar- Dio una leve carcajada.

-¿A dónde?- Se sentó cómodamente en su cama.

-A mi casa- Un tono pícaro se adueñó de su voz- Estaremos todos- Recalcó la palabra "todos"- Y si quieres puedes quedarte a dormir.

-No lo sé- Bromeó.

-Vamos (TN), sé que quieres- Hizo una pausa- ¿O es que acaso él está contigo?- La curiosidad se apodero de la chica.

-No.

-¿Entonces te veo a las ocho?

-Claro.

-Adiós linda, cuídate- Colgó el teléfono.

La chica sonrió con el teléfono en mano, está noche su plan se haría realidad, plan que llevaba planeando hace ya más de un mes. Con una sonrisa en su rostro fue a asegurarse de que su hermano estuviese en su cuarto.

< La venganza es dulce como la miel, e incluso más sabrosa >

-Chandler- Tocó la puerta de su habitación.

-Hola- Sonrió el chico rubio.

-¿Qué haces tú aquí Sam?

-¿Qué? ¿Acaso no puedo estar con mi amigo?

-Tu presencia me desagrada- Lo empujó para entrar a cuarto.

-Hola- Saludó Chandler con su peculiar sonrisa.

-Vístete- Mencionó al verlo solo con bóxers y con el cabello mojado.

-Lo haré- Caminó a su armario- ¿Pasó algo?

-No ¿Por?

-Debe haber alguna razón por la que estés aquí Babi.

-Invité a (TN) para la cena. Estará aquí a las ocho.

-A Chandler le gusta eso- Sam saltó sobre la espalda de Chandler.

-Claro que me gusta eso- Se sonrojó- Es mi novia, me encanta estar con ella.

-Sé quedará a dormir- Babi le guiño un ojo y salió de la habitación. Sam estalló en risa.

-¿De qué te ríes?

-De tu mala suerte- Logró decir entrecortado.

-No es gracioso- Se defendió Chandler- No tienes idea de lo que es estar mi situación- Se sentó en la cama para ponerse los pantalones.

-Lo sé, mi padre es un borracho y mi madre una mujer que intenta comportarse como una madre, aunque claramente no lo sea.

-Ella es tu madre Sam. Madre es la que cría no la que...


-Entiendo- Sam rió- No necesito que me expliques de dónde salen los bebes.


-Yo solo decía- Soltó una adorable risotada.


-Creo que tendrás una noche larga Chandler


-Sí, muy larga- Exhalo tirándose a la cama- ¿En que estaba pensando?- Miró fijamente el anillo que levaba en su dedo.


-Eran muy pequeños Chandler. No sabían qué significaba el portar ese anillo, ni mucho menos lo difícil que sería aguantar la tentación- Rió por lo último.


-Eso es lo peor- Miró el techo- Ambos queremos, pero no podemos.


-¡Un momento! ¿¡Ambos queremos!? ¿¡ (TN) quiere tener sexo...


-Shhh...- Calló a Sam- Recuerda que aquí todo es oído por los monjes- Sam nuevamente rió como loco.


-Es que no puedes decirles monjes a tus padres- Lo molestó.


-Es verdad, mi casa ya parece un convento- Miró el cuadro que colgaba en la pared.


-¿Lo pegaron con pegamento industrial?


-Sí- Ladeó la cabeza para encontrarse con la mirada de Jesús- Y pensar que ahí antes estaba Jennifer López.


-Recuerdo ese día. Tus padres te dijeron que era pecado poner fotos de mujeres en las paredes- Hizo una pausa por efecto de la risa- Qué cómico.


-Más que mis padres parecen mis abuelos.


-Te creo hermano, pero ahora exijo detalles acerca de lo que (TN) quiere.


-Lo siento pero eso es entre ella y yo- Chandler se puso las zapatillas.


-Somos mejores amigos- Protestó- Nos contamos todo.

-Pero es que...- Bajó la cabeza- Bueno.


-Exijo detalles.


-Eso sí que no Sam.


-Ok. Pero cuenta rápido que me dejaste metido-Dijo como un niño pequeño.


-Ella y yo hemos estado... Experimentando- Susurró avergonzado.


-¿La has tocado?-Chandler asintió- ¿Qué le has tocado?- Sam se interesaba cada vez más en la vida privada de su amigo.


-Todo- Sacó una camisa de su armario y en seguida se la puso.


-¿Todo, todo?- Chandler volvió a asentir- Wow... ¿Ella te ha tocado a ti?


-Sí.


-¿¡Qué cosa te ha tocado!?- Exclamó ansioso.


-Shhh... Todo.


-¿Desde hace cuánto están... tocándose?


-Hace un par de semanas.


-¿Y yo recién me entero? Es que eres el peor amigo Riggs.


-Lo lamento, me dio vergüenza.


-¿Qué te dio vergüenza?- (TN) reposaba su antebrazo sobre el marco de la puerta.


-¡Princesa!- Chandler corrió como idi'ota donde su novia.

Promesas y Deseos ➳ Chandler RiggsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora