2:00 a.m
El celular no paraba de sonar, en total, tres llamadas perdidas, las cuales estaban a punto de ser cuatro si no es que me hubieran fastidiado ya.
Era Madeleine quien llamaba, suponía que por su gato, ya habían pasado tres días. No me había dicho por cuánto tiempo debía cuidarlo y por qué debía hacerlo, ese día había preguntado más de cinco veces, de eso estoy segura, pero todas fueron ignoradas olímpicamente pasando de lleno a otro tema.
Al final, solo me lo llevé junto con la mayoría de sus pertenencias.
Conteste en cuanto vi el nombre, estuve a punto de reclamarle por llamar a tal hora, pero antes de hacerlo una voz masculina hablo.
-¿Señorita Alexis Evans? -supe qué algo no estaba bien, la primer razón, llamaba un hombre. Madeleine definitivamente no estaría con un hombre o con cualquier ser humano que no sea yo, no es de su estilo. Y en segundo lugar, en como habían dicho mi nombre.
Sabía que Mae me tenía agendada como "Evanzzz" eso al menos después de contarle que me quedé dormida en medio de una cita, en mi defensa, estudiar para la presentación de mi tésis no fue nada sencillo, así que deduje que no era algún extraño que haya encontrado su teléfono o alguien con quién recientemente conviva.
Entonces, ¿Qué quedaba? Algo empezaba a sentirse mal.
-¿Me comunico con la señorita Alexis Evans? -cuestiono luego de unos segundos de silencio.
Fue cuando recordé que soy el único contacto de emergencia de Mae. Y mierda que se sintió muy mal.
-Sí, si, por supuesto soy yo, una disculpa -hable por fin -. ¿Todo está bien?
-Bueno, me temo que no -Mierda, mierda, MIERDA, ese silencio entre el hombre y yo, era incomodo, definitivamente no ayudaba -Hace unas horas se ha encontrado el cuerpo de quién se cree es Madeleine Tomphson -Jodida Mierda.
No respondí, no podía. No pude.
>>Necesitamos que venga a ver el cuerpo y declararlo, también que hable con unos oficiales, y algunos otros detalles más. ¿Podría presentarse en el departamento de policías en cuanto pueda?
Eso había caído como un balde de agua fría. Está en un momento en el que no sabía si llorar, reír por la muy bien realizada broma de Mae, o simplemente tirarme de un acantilado por no saber que hacer.
Contestar no era una buena opción, sabía que me quebraría en cuanto hablara, aún no lo asimilaba, pero mierda ¿cómo es que no lo vi venir?, Paso de ser distante a querer pasar un día juntas con el solo pretexto de querer donas, definitivamente esa fue su forma de decir adiós.
Al final solo asentí con la cabeza y colgué, probablemente aquel señor se quedó sin una respuesta.
Sin más me rompí, agache la cabeza y lloré; el corazón se me oprimía, no había más lugar para mí corazón dentro de mi pecho, si lo dejaba ahí me asfixiaría, ahora mi ropa estorbaba, parecía como si no existiera oxígeno suficiente para mis pulmones, sabía que nada podría calmar el dolor que sentía en ese momento, finalmente ocurrió, finalmente tomo su decisión.
Empecé a quitar mi ropa, no había un orden, solo torpeza, quería respirar, quería vivir.
Tomé camino hacia la regadera, no había tiempo que perder, incluso si no me sentía bien tenía que verificar que fuera cierto, que no era una maldita broma.
Una jodida broma de mal gusto.
No dure mucho, no tenía que terminar de despertar, ya había reaccionado lo suficiente con la noticia. Solo talle mi cuerpo, lo talle con tanta fuerza por qué ya no se sentía mío, se sentía prestado, por primera vez me di cuenta de lo pasajera y frágil que es la vida.
Salí en cuanto pude, ni siquiera arregle mi pelo solo lo enrede en un moño. Tomé mi bolsa y las llaves del auto, el camino más corto al departamento de policías parecía ser el más largo, no había tráfico, de cierta forma fue buena suerte porque de otra manera habría terminado chocando.
Llegué, me estacioné y dude si bajar del auto. Era difícil diferenciar entre mi sudor y las gotas de agua que escurrían de mi cabello hasta el cuello, un nudo en mi pecho se instaló pero no había lugar para llanto en este momento, baje y tome todo el valor que tenía.
Entre y pregunte por el hombre que había llamado
al parecer era Agente de homicidios, mierda.Esto no era una broma.
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𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑎, 𝐴. 𝐸𝑣𝑎𝑛𝑠
Short StoryMadeleine, una joven que marca la vida de su mejor amiga, Alexis Evans tras su suicidio. Evans enfrenta la perdida de Madeleine, su mejor amiga, con quién paso la mayor parte de su vida, con la que tiene recuerdos de buenos y malos momentos, durante...