El funeral

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Unas horas más tarde llegaron al palacio algunos amigos de George que había conocido en el campamento

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Unas horas más tarde llegaron al palacio algunos amigos de George que había conocido en el campamento.

—Los presento —dijo George—. Dream estos son Tommy, Tubbo y Wilbur que ya conoces. Chicos, él es Dream y mi hermana —los señaló—. Ahora que se conocen necesito que nos ayuden.

Todos congeniaron rápidamente. De igual forma Dream ya había visto a Tommy y Tubbo jugar en el lago, por lo que no le era difícil entablar conversación con ellos.

Tenían ya casi todo listo para mañana. George había salido a comunicarse con los miembros de la Artillería Real para que dispararan las salvas el día de mañana en honor a su madre. Por otra parte Tommy, Tubbo y Liz fueron a llevar los preparativos al castillo de Windsor. Dejando encargados a Dream y Wilbur entregar las invitaciones.

—Wilbur, ¿puedo hablar contigo un momento? —le preguntó Dream.

—Wilbur, ¿puedo hablar contigo un momento? —le preguntó Dream

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Había llegado el día. Las banderas británicas en los edificios reales ondeaban a media asta. A medio día se dispararon 41 salvas de honor en todo Reino Unido. George se estaba preparando. Ahora el era la nueva imagen de la Familia Real y la presión era muy difícil de llevar.

A las tres de la tarde en camino al castillo de Windsor, el féretro fue trasladado hacia allí. George junto a su hermana estaban en primera fila. George le había pedido a Dream que por favor regresara a Florida y él no se negó.

Aquel día fue la primera vez que George veía llorar a tanta gente junta. Tanta gente que había hablado con su madre un par de veces lloraba como si realmente la hubiera conocido.

Ahí estaba él, sin soltar ni una lágrima sintiéndose insensible. No era como si no estuviera triste o se sintiera culpable, porque realmente sentía el gran peso de la culpa sobre él. Simplemente no podía perdonarla. No podía perdonar tantos años en los que se había sentido como alguien insuficiente, alguien inútil, alguien que no podía valer por sí mismo porque terminaba empeorando las cosas. No podía perdonar a su madre de un día para el otro y hacer como si estuviera bien ahora. Nadie podría.

George peñizcaba su brazo obligándose a llorar. Por fin pudo llorar. Lloró por todas las veces que retuvo las lágrimas por fingir ser fuerte, por fingir ser alguien que nunca fue e intentar dar una imagen perfecta de sí hacia el mundo. Porque realmente nadie lo conocía perfectamente, ni siquiera Clay.

Ojos verdes, sangre azul [dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora