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Narrador Omnisciente

Después de esa noche, ya habían pasado tres días, hoy era el cuarto y Daisuke aún no se aparecía por la escuela, apesar de las múltiples amenazas que le ha dicho su amiga y la insistencia que ha tenido con sus mensajes y llamadas.

Incluso, ya se apareció dos veces en su casa pero nadie le ha abierto.

-Hado-san.

La nombrada dejó de escribir el milesimo mensaje que tenía para su amigo y alzó la vista a donde la llamaban encontrándose con Mirio y Tamaki.

-¿Qué pasa?

Volvió a bajar la mirada, borró el mensaje y se dirigió directamente al teléfono para marcarle a Daisuke.

-¿Sabes donde está?- Pregunto Tamaki, ella sabía a que se refería, él era el único que faltaba

-¿Por qué quieres saberlo?

Tamaki bajó la mirada algo avergonzado, sentía que no merecía saber nada de él pero ahora estaba preocupado, y que Nejire le dijera eso con intención, hacía que se sintiera peor.

-También es nuestro amigo, Nejire- Respondió Mirio por Tamaki. La peliceleste suspiró

-Estoy tratando de contactarlo, pero no me responde.

Nejire pegó su celular a su oreja haciendo señas de que se callaran un segundo, al escuchar lo que quería despegó su celular, lo puso en altavoz y lo dejó en medio de la mesa.

-La llamada ya entró, tiene el celular encendido.

Los dos chicos se sentaron en la misma mesa que ella y miraron el celular. A tres tonadas de que la llamada se colgara, Daisuke contestó y se escucharon algunos ruidos extraños.

-¡Daisuke! ¡Al fin!... ¡¿Dónde rayos estás?!- La chica golpeó la mesa espantando a los otros dos.- ¡¿Por qué no has dado señales de vida en tres días?! ¡¿Sabes lo preocupada que estaba?!

-Ah... Nejire, no grites. Mi cabeza me está matando...

-¿Qué? ¿Bebiste?

-No, que asco.

-¿Entonces?

-No lo sé, solo me he estado sintiendo mal y mi madre se fue a un viaje de negocios.

-¿Por qué no me has respondido?

-Tenía el celular apagado, recién lo encendí porque mi madre le marcó a una vecina y me vino a regañar por su teléfono.

-¿Fuiste al doctor?

-No lo necesito, mi cama es lo suficientemente reconfortante.

-¡¿No has salido para nada?!

-Nejire, cielos, es en serio.

-Lo siento, pero es que debes tomar algo, te escuchas fatal.

-No... yo estoy... bien...

Se escuchó un fuerte pisotón y a Daisuke quejándose, dejándoles creer que casi se caía.

-Quién mierda puso ese suelo ahí, estupida casa.- Balbuceo- Como sea... me voy.

-No, espera, Daisuke. Ya ni siquiera sabes que estás diciendo, ve a un doctor, por favor.

-¡Que estoy bien!

Claro que no. Eso fue lo último de energía que tenía.

Del otro lado de la línea se escuchó un fuerte golpe y como también cayó el celular, luego solo una respiración muy pesada.

-¡¿Daisuke?! ¡Daisuke!

-¡Daisuke!- Gritó esta vez Tamaki alterado

El peliazul se levantó rápidamente de la mesa y salió corriendo, los otros se miraron entre si, y lo siguieron.

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