¡SOMOS TRES!

Cada letra escrita aquí es de mi completa autoría. Espero que lo disfrutes y recuerdes que esto no es más que ficción.

Kim NamJoon y Park Jimin, hijos de la misma madre, pero con diferentes padres.

El papá de NamJoon murió en un accidente y unos años después, su madre volvió a comprometerse, quedando embarazada de Jimin.

Los dos se amaban demasiado, para su suerte, su padrastro era un hombre amable y dulce que siempre lo trató como un padre biológico.

Realmente era bastante amoroso, le hizo un cartel enorme con su cara y su nombre en su primer concierto, para NamJoon fue algo vergonzoso, pero en el fondo era feliz porque sentía que su padre en el cielo le había mandado una figura paterna para acompañarlo y no sentirse solo.

Jimin era su pequeño y lindo hermano, como era de esperarse, tenía el caracter del señor Park, pero cien kilos de lindura adicionales, el perfecto mix hecho por su mamá.

Y entonces, estaba él. Corpulento, cara de chico malo, voz gruesa y muy alto, bastanye distinto a la baja estatura de Jimin, sus manitos, su estilo adorable, cuerpo delgado y esbelto, con la voz aguda y muy peculiar, pero había algo en lo que se parecían.

Labios gruesos.

Un poco gruñones al enojarse, uno rompía cosas y el otro se rompía el coxis por tantas caídas.

Jimin adoraba a su hermano y NamJoon lo protegía de todo lo malo.

Una y mugre.

Carne y hueso.

Moco y pañuelo.

Todo cambió tras un anuncio que puso al mayor en alerta roja, su dulce Minie no podía estar haciéndole eso, había un error.