¡SOMOS TRES!

Noche

Esto sucedió unos días antes de que anuncien su relación.

Últimamente todos los días eran cansados, amaba lo que hacía, pero también anhelaba una vida normal, donde pudiera salir a pasear sin ser acosado, donde podría tener alguna relación real, muchos amigos y salidas los fines de semana.

La adrenalina de ser adolescente, de ser joven, pero tenía solo a su hermano y su fiel mejor amigo Taehyung, que a veces lo sacaba a escondidas para poder divertirse un poco.

En esta ocasión fueron a una disco que estaba en el centro de la cuidad. ¿No se supone que querían esconderse?

Bueno, Taehyung tenía una frase muy peculiar.

"Debes estar justo donde nadie lo espera".

Facil ¿Quien realmente pensaría que ese tipo con una camiseta enorme y roja, unas converse y un pantalón negro pegado, sería el mismísimo Park Jimin.

El famoso cantante y bailarín que ama vestirse a la moda, jamás dejaría su imagen perfecta por una cara lavada y el cabello despeinado. Obviamente ese solo era un chico que se meneaba por la pista con su amigo y un par de vasos de lo que sea que les haya servido el tipo de la barra.

—¡Esto es tan genial!—exclamó Jimin en el oido de su amigo.

—¡Te dije que era una buena idea!—respondió de la misma manera y luego se pasó el licor de su vaso de un solo trago.

—¡Hey, tengo que ir al baño!

—¡Bien, te acompaño!

Caminaron hasta los servicios higiénicos y solo Jimin entró.

—¿No vas?—preguntó y este negó de inmediato.

—No tengo ganas, te espero.

El fuerte volumen de la música no llegaba a ser ensordecedor dentro de los baños.

Jimin entró a uno de los cubículos e hizo sus necesidades, habían algunas personas dentro, pero no le prestó atención a nadie.

Llegó al lavabo, tomó jabón y lavó sus manos fervientemente mientras se miraba al espejo hasta que algo llamó su atención.

Un tipo a lado suyo tenía varios tatuajes en las manos, al princio no se le hizo extraño, pero luego reconoció el diseño. Podría tratarse de un fan suyo, pero entonces, decidió observalo un poco más a través del espejo.

Cabello negro un poco largo, vestido completamente del mismo color, unos pendientes escandalosos como de su estilo, pero Jimin no llevaba uno solo para no llamar la atención.

La sudadera que llevaba puesta tenía unos cortes que dejaban ver varias partes de su brazo completamente tatuado.

Esa nariz, los ojos que trataba de ocultar y ese perfume a cítricos.

Era él, no podía confundirse.

Jeon Jungkook, la sexy estrella que estaba dando la hora por su increible afán de contradecir a la sociedad coreana y al mismo tiempo tenía enamorado a medio país por su voz, su rostro dulce y su cuerpo de infarto.

Sí, era justo ese tipo un tanto arrogante con el que se cruzó en varias presentaciones y lo máximo que hablaron fue un saludo y un adios.

Una carcajada lo sacó de sus pensamientos.

—Veo que eres muy observador, Jimin.

Mierda, él también lo había reconocido.

—H..hola.—saludó sintiéndose un poco incómodo.