Si bien el pelos de incendio es bueno hablando, también lo es escuchando, justo como ahora que está observándolo con ojos atentos.
—Bakugo, tú no eres menos que nadie, eres admirable, si Todoroki no aceptó tu pelea es porque seguramente se intimidó.
El rubio sabe que le dice eso para reconfortarlo, así que niega ante lo dicho por el pelirrojo. Sorbe de la nariz, se siente un total idiota. ¿Por qué le gusta el bastardo de las mitades? Ni siquiera es tan sorprendente, sólo se calienta cuando Deku está involucrado. Oh, mierda, malditos celos que le carcomen la mente.
Al menos no está llorando, aunque las lágrimas atentan con salir en cualquier momento.
—Cállate, el bastardo me despreció y nunca voy a perdonar que abandonara nuestra pelea.
Sí, el rencor era derivado de ello, no por su amor hacia el bastón navideño. Tonto hielo caliente.
Kirishima extiende su brazo, lo sujeta de los hombros y pronto se encuentra con la cabeza pegada a los pectorales del pelirrojo. Sabe que es una estupidez estar lamentándose por un amor que no tiene fruto, pero desde que se enamoró de Todoroki lo único que ha hecho es llorar, sentirse desplazado poe cualquier otro alguien que se paseara por su camino.
Estar con el pelirrojo era distinto, él sí que es un buen amigo. Jamás podría contarle sus sentimientos por el chico de cabellos bicolores a otra persona, el único que lo conoce y sabe aquello que guarda su corazón es Kirishima.
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