Lamentos de un árbol de manzano

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 He aquí una manzana, donde los cerdos se entusiasman por devorarla.

Codiciada fruta, deseada carnalmente por tales engendros;

En su alrededor, genera conflicto entre perros callejeros.

Son lobos hambrientos, deseosos de cazar como si de cualquier presa se tratara.

En sus infames mentes la desvisten, hasta abusar de su inocencia,

Enfermos roedores que emanan un hedor profundo desde sus pensamientos;

Inmundos, llenos de lujuria como el sacerdote antes del renacimiento,

Sus almas deseosas de recibir un lugar en el profundo Ades.

He aquí una manzana, esperando caer, mientras el árbol que la sostiene se lamenta.

–"¿Por qué al madurar me esperan tales parásitos, en aquel suelo estéril y seco?".

El día es incierto, las noches se vuelven pesadillas; aquel jardín ya no es igual;

Como la plaga en el siglo XIII; como el moho al pan y como la langosta en los sembríos.

–"Nórdicos esperando profanar un templo sagrado, buscando saquear tu dignidad."

–Aquel no será tu destino como aquellas manzanas, mancilladas hasta entrar en descomposición".

Oh! Mi pequeña manzana, Los ángeles caen desde el cielo;
coreando con tonos esperanzadores;

Sintiéndose como el naufragio de un buque corsario. Abren el camino junto a rosas de espino.

He aquí una manzana; libre del estiércol, descansa sobre un calido pasto de verano.

Vino Y EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora