Tercer Corto - Máximo

5 2 0
                                    

Así empezó Katherine a romper corazones, directa, indirectamente, incluyendo el suyo. El primero fue un tipo llamado Máximo, el carajo se las traía, tenía un Mustang plateado y un ego súper cabreado. Había tenido novias top model o lo que sea y era famoso por haber protagonizado un video porno con una de ellas. Katherine no le importaba saber el pasado del coño. Su interés empezó mientras ella escuchaba la radio en su cama y el locutor de la 92.3 FM la nombró diciéndole que la canción que estaba por sonar se la dedicaba este personaje. Las atenciones que Máximo le daba no pasaban desapercibido para ella, así que un día, en el tramo más alto del teleférico de la ciudad él le pidió que fuera su novia, ella aceptó dándole un beso.

Katherine estaba alagada y Máximo, pues, acrecentó su ego y alarde. Ella es tan irreverente, al día de hoy no sé si lo hace apropósito o simplemente es así, pero estos detalles de su personalidad, desataron un caos en su pareja. Máximo tenía un problema de inseguridad mezclado con una actitud posesiva machista que ya desde temprano Kath había puesto a raya. Sin embargo una tarde su celular empezó a sonar con insistencia mientras estaba dándose una ducha, finalmente al terminar en el baño, contestó.

— Hello.

— ¿Qué estabas haciendo?

— Coño chico, buenas tardes, ¿cómo estás? Yo también te extraño.

— ¡No! ¡Respóndeme!

— ¿Qué coño te pasa? ¿Andas en drogas?

— Katherine. ¿Crees que soy estúpido?

— ¿La verdad? Sí.

— ¿Por qué eres así conmigo? ¿No te he demostrado que puedes confiar en mí?

— Coño Max, estoy cansada de tus celos y tus malcriadeces ¿sabes? ¡No te entiendo! Un día eres tan genial y a veces pienso que, no sé, quizás te baja la regla.

— Siempre te llamo y no respondes o tienes descargado el celular. No entiendo. ¡Deje de hablar con mis amigas! Todo para demostrarte mi amor.

— Nunca te pedí que dejaras a tus amigas. Y con respecto al celular, me conociste así y sabes que yo no le presto atención a ese aparato y menos cuando estoy contigo. Mira, la verdad estoy cansada y justo ahora terminé de tomarme un baño para relajarme y tu jodiendo. La última vez me dijiste que esta locura había acabado pero ya, ya estoy cansada, lo mejor para ti y para mi es dejar esto hasta aquí.

— ¿Qué? No me hagas esto.

— Máximo, tú eres quien te lo haces a ti mismo. Chamo, estoy cansada, por favor, ya dejemos esto como está.

— Katherine, amor.

— Ya... cuídate mucho. — «Y así corté la llamada (me decía ella) me tenía cansada, te imaginas que de tanto escribirme y llamarme me sentí súper acosada y empecé a temer. Mis pesadillas eran que sonaba el teléfono y que el tipo me perseguía a donde estuviera. No, no... basta. Aún sueño que no hemos terminado y empieza a joder. Por un buen tiempo me buscó, hizo todo para recuperarme pero, no podía estar con alguien que ya no quería. A los días me llamaron para decirme de su accidente, yo fui al hospital y él no quiso recibirme. Todos sus amigos me culpaban por aquello. Lo mejor fue cortar con todo ese enredo de raíz.»

El cuarto de los corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora