capitulo I | verano

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—¿Hola?­ —preguntó Clay con el teléfono pegado a su oído. Hace tres días habían empezado las vacaciones y está bastante emocionada. Ya utiliza el teléfono con bastante comodidad y está ansiosa por muchas cosas.

—¿Clay?

—¡Julian! —Julian debía soportar las diarias llamadas de su amiga, no le molestaba para nada, en realidad le encantaba tener a alguien para hablar además de su tía.

—¡Hola! ¿Qué noticias nos traes?

—Hoy vienen a cenar los Weasley. Papá los quiere traer a casa desde que los vio en la estación, en septiembre.

—Eso es genial, ¿cierto?

—Si, claro que lo es, pero también te tengo una mala noticia.

—Uy...

—Ced no podrá estar con nosotros el viernes.

—Lo veía venir... pero tú sí podrás, ¿verdad?

—Claro que sí, no me pierdo ni loca la oportunidad de conocer a tu tía. Hablé con ella ayer, cuando no estabas en tu casa. Es muy agradable.

—Ella es genial. Dice que preparará cosas deliciosas para nosotros.

—Quiero que sea viernes...

—¡Yo igual! Aunque hay tres personas menos en la lista —agrego un poco triste—. Luna no podrá venir, dijo porque, pero era algo muy raro que en este momento no recuerdo... Ginny me mandó una carta ayer, me olvidé de contarte, dijo que se va Egipto con su familia y bueno, Cedric tiene otros planes con sus amigos más cools. Dile a tu hermano que me siento un poco herido, pero lo perdono.

Desde el comienzo de las vacaciones Cedric sale con sus amigos todos los días. Los años anteriores también lo hacía, pero no tanto. Antes iba al río con Clay y se divertían intentando cazar gnomos o cantando las canciones de la radio muggle. Pero desde el primer día de libertad de los estudios que no habla con Cedric más de diez minutos. Se aburre bastante en casa, así que está emocionada por la visita de los Weasley y por conocer el tan hablado hogar de Julian.

—Creo que mi papá me había comentado eso de Egipto y los Weasley. Van a visitar a Bill... creo.

—¿Tienes la carta con la dirección de mi casa?

—Sip. Está sana y salva, pegada con un imán en la nevera—. Julian podía sentir la sonrisa de Clay del otro lado del teléfono.

—Oye, Clay, eres mi mejor amiga...

Ya se había duchado y había elegido su ropa veraniega para esta noche. Cenaran en el patio de casa para sentir la brisa fresca mientras los mosquitos le devoran la sangre, lo cual es algo bastante negativo.

Los mosquitos le caen mal.

Tenía puesta una camiseta sin mangas y un short tiro bajo y los pies descalzos. Cedric, quien también tenía los pies descalzos y su ropa veraniega, pisó el césped del patio con las manos ocupadas por unas torres de vasos, Clay, detrás de él, cargaba los platos. A su madre no le gustaba que usaran mucho la magia en casa, por lo tanto, estaban acostumbrados a realizar tareas del hogar sin magia.

Una vez quedó todo el exterior ordenado se tomó la libertad de acostarse sobre el pasto y miro el cielo ya oscurecido. Algunas hormigas le subían por los pies, pero no se molestó en quitarlas, la naturaleza se sentía tan limpia ahí, las estrellas brillaban tanto que deseaba quedarse por siempre observándolas, viendo como titilan con un ritmo que la tranquiliza, le emociona como la brisa fresca de esta noche de verano le da tiernas caricias en el rostro. Su hermano se acercó, se acostó a su lado sintiendo exactamente lo mismo que ella. Cedric es del tipo de personas que disfruta de las más mínimas cosas que le regala su vida.

eres más que eso...; ron weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora