Save Me

thirteen

—¡Llegué!—

Hablo un poco más alto que lo de habitualmente, más no recibió respuesta, aunque no se le hacía raro sentía que algo andaba mal, tenía un presentimiento para nada agradable.
A pasos lentos y cautelosos se dirigió a la sala de su hogar, donde en el sofá de está pudo observar a su madre

—¿Mamá?.... ¿Te encuentras bien?—

Pregunto aún estando en la entrada de la habitación, al no recibir respuesta sintió su corazón palpitar mas rápido que nunca, sus pies comenzaron a moverse sin su consentimiento, al estar frente a su madre pudo notar que está tenía una jeringa entre sus dedos, en la mesa de centro había una cuchara, encendedor, un polvo de extraña procedencia y más cosas a las que no le prestó atención pues no sabía si su madre respiraba

—No otra vez... No otra vez... Madre! Esta bien, está bien, Todo va a salir bien, ¿Okey Namjoon? Solo tienes que hacer lo que dijo, lo que ella dijo, lo que dijo—

Corrió a un mueble que estaba al otro lado de la habitación, abriendo uno de los tantos cajones desordenado todo lo que en este había, buscando y rebuscado un pequeño espejo, al tenerlo en manos volvió hasta donde su madre, colocándolo por debajo de su nariz prestando atención a este.
Al ver qué se empañaba levemente sintió como si un peso se le quitase de en sima, apesar de lo que su sentido común le decía, que era marcar a una ambulancia, no lo hizo, pues lo que su madre le decía de pequeño le taladraba la cabeza

"Recuerda Namjoonsito... Si algún día me ves como en esa película, solo tienes que verificar que siga respirando, lo demás se arreglará solo"

—¿Que clase de estúpidos consejos me diste madre?—

Se limpio las lágrimas y aún alterado y sin saber que hacer tomo su celular, marcando otro número muy lejano al novecientos once