Atraído

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Rengoku llevaba dos años con su esposa, ni una sola vez se planteo dejarla. Rengoku Kanroji era linda y cariñosa.

Entonces tuvo que pasar eso, conocer a ese niño, Tanjiro era dulce y gentil, siempre con una bella sonrisa, pero con un gran problema, este niño joven ya estaba saliendo con Tomioka, uno de los socios de su empresa.

Un día, mientras estaban en una reunión de la empresa, el teléfono de Giyuu sonó, el timbre era único, como si lo usará de distintivo.

Todos se sorprendieron cuando por primera vez vieron al azabache estirar su mano para contestar la llamada, su rostro siempre gélido e inexpresivo mostró una ligera curva en sus labios, todos se quedaron callados cuando el chico contestó.

-¿Ya estás allí?

Una voz dulce u tranquila nublo el juicio de todos sus amigos y socios.

-Entonces ve pidiendo algo, en unos minutos me desocupo y voy contigo.

La sorpresa fue tan evidente que Rengoku Kyojuro le dijo con fuerza.

-Si es alguien capaz de hacerte reír, deberías ir de inmediato.

El joven cerró su carpeta y se dispuso a levantarse de su asiento, dejando a todos nuevamente intrigados, estaba claro que bromeaban, pero el de ojos azules se lo tomó en serio.

-¡Espera Tomioka! ¡Solo resuelve una duda antes de irte!

El mencionado miró a Rengoku y le dijo:

-Te mandaré todo por correo, ahora tienes razón, debo irme.

Después de verlo salir con esa cara, los demás socios continuar la reunión y se pusieron a trabajar.

-Tanjiro... Iré a Francia por poco tiempo, no tienes que poner esa cara.

-Pero Giyuu-san... Es que yo...

-Vamos, pon una de esas hermosas sonrisas.

-Esta bien.

El niño le abrazó dejando que sus largos cabellos burdeos le hicieran cosquillas en las mejillas al azabache de ojos azules que estaba por abordar a un avión con destino a Francia.

-Te estaré esperando a tu regreso.

-Seras la primera persona a la que iré a ver en cuanto vuelva.

-Te estaré esperando.

El azabache camino a los andenes de revisión para subir al avión y se despidió con una sonrisa.

Rengoku llegó a su casa y se aflojó la corbata, el día había sido pesado, pero su amigo jamás había mostrado esa sonrisa ni cuando comía, así que se le formuló la curiosidad en los ojos cuando se quedó pensando, una sonrisa se formó en sus labios y luego, por detrás su linda esposa le puso las manos en las mejillas.

-Llegaste temprano hoy.

-Fue cansado pero menos tardado.

-¿Porque te ríes cómo cuando estas planeando una travesura?

-Hoy vi a Giyuu hacer una sonrisa ligera.

-¿Es en serio? ¡El mundo se va a destruir!

-Vamos, no es tan difícil que él sonría.

-¿Estas de broma? Él jamás sonríe a nadie.

-Pues recibió una llamada y los ojos le brillaron.

-¡Oh! ¡Nuestro Tomioka-san finalmente se ha enamorado!

-Eso creo.

Los dos se levantaron y Rengoku le dio un beso en la mejilla.

-Dejemos eso por ahora, porque tú y yo vamos a hacer otras cosas.

Amor y traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora