Mikey se ha distanciado de Draken desde lo ocurrido con Emma. En cambio, ha mantenido el contacto con el resto de sus amigos. Siendo francos, la verdad es que lleva una vida bastante recta. Una vida aceptable y feliz. Hasta que el día de la boda de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"And it's hard to be at a party
when I feel like an open wound.
It's hard to be anywhere these days
when all I want is you
You're a flashback in a film reel
on the one screen in my town".
"Y es duro estar en una fiesta
cuando me siento como una herida abierta.
Es duro estar en cualquier parte
cuando todo lo que quiero es a ti.
Eres un flashback en un rollo de película
en la única pantalla que hay en mi ciudad".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por mucho que intenta concentrarse en el discurso que Peyan ha puesto todo su empeño en preparar para la ocasión, a Draken le resulta imposible captar más de tres o cuatro palabras seguidas sin perder el hilo de lo que el chico está diciendo. Pilla retazos. Fragmentos sueltos.
Algo de aquella vez en la que Peyan acompañó a Pah-chin a hacerse la vasectomía, el médico subió a la habitación para recitarle al chico las pautas que debía seguir a lo largo del proceso de recuperación y, en cuanto recalcó que "nada de relaciones sexuales", Peyan barbotó "ah, vale", como si la cosa fuera con él. El doctor se había retirado de la sala con una expresión de visible confusión, seguramente preguntándose qué necesidad tenía Pah-chin de pasar por una operación como esa si era gay.
En definitiva: Peyan se ha tomado su papel de padrino tan en serio que su alegato se extiende durante casi un cuarto de hora repleto de anécdotas entrañables a la par que gamberras protagonizadas por Pah-chin y por él. La más antigua se remonta a la adolescencia, mientras que la más reciente tiene su origen en una bronca acalorada acontecida un par de semanas atrás, cuando trataron de elegir las servilletas que utilizarían en el banquete y acabaron gritándose a voz en cuello y acusándose el uno al otro de padecer daltonismo.
