𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 7

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𝕹𝖔 𝖙𝖔𝖉𝖆𝖘 𝖑𝖆𝖘 𝖕𝖊𝖗𝖘𝖔𝖓𝖆𝖘 𝖘𝖔𝖓 𝖒𝖆𝖑𝖆𝖘; 𝖈𝖗𝖊𝖈𝖊𝖓 𝖈𝖔𝖓 𝖚𝖓 𝖇𝖚𝖊𝖓 𝖈𝖗𝖆𝖟ó𝖓, 𝖒𝖆𝖘 𝖘𝖎𝖓 𝖊𝖒𝖇𝖆𝖗𝖌𝖔 𝖑𝖆𝖘 𝖈𝖎𝖗𝖈𝖚𝖓𝖘𝖙𝖆𝖓𝖈𝖎𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖒𝖆𝖑𝖔𝖌𝖗𝖆𝖓 𝖘𝖚 𝖆𝖑𝖒𝖆 𝖑𝖔𝖌𝖗𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖊𝖘𝖙á 𝖓𝖚𝖓𝖈𝖆 𝖛𝖚𝖊𝖑𝖛𝖆 𝖗𝖊𝖘𝖕𝖎𝖗𝖆𝖗 𝖈𝖔𝖗𝖗𝖊𝖈𝖙𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊.

Solía pensar que aquello del amor a primera vista era muy romántico pero a la vez muy estúpido, siempre detalle a las personas en la calle; viendo como sus ojos congeniaban y con una sola mirada quedaban flechados, como la chica de cabello castaño se acercaba al chico de pelo rubio y lindo perfil; como pedía su número de teléfono, se sonrojaba y el apartaba su molesto cabello de su cara para ponerlo detrás de su oreja, justo... como en un melodrama, pero después llegaba la verdadera razón de aquello, el sexo, un estatus social que mantener y el dinero, todo tenía que ver con el dinero en la susodicha sociedad de penumbras.

Mas sin embargo no todo era bello para aquellas personas que se reunían con desconocidos de internet, no siempre tenían un amor de telenovela, más bien era como una tragicomedia de la cual se arrepentían de haber entrado, sus cuerpos por cualquier parte de Seúl se encontraban, habían terminado mal, descuartizadas, cual carnicero cortando la carne de algún animal para poder estar satisfecho y poder saciar el hambre.

¿Y todo esto que tiene que ver con mi historia de amor?

Bueno, averígüenlo por ustedes mismos, nada como aquel dicho que dice.

"La curiosidad mato al gato"

- Señora Hye ¿Qué más hay que poner? – El departamento se encontraba bien arreglado, el poco personal que había era muy estratégico y eficaz, pocas horas habían pasado desde aquel encuentro un poco tortuoso;

Ahora estaban a punto de terminar de arreglarlo todo para la fiesta del amo Min.

- Los aperitivos, colócalos en diagonal y ten cuidado con las copas de vidrio que hay a su izquierda por favor – comento muy seria, no quería que nada se saliera de control ya que todo estaba casi terminado.

Justo cuando jimin había terminado de colocar los aperitivos con sumo cuidado, el susodicho había salido de su habitación con solo unos pantalones plisados negros que remarcaba aquella cadera y pelvis donde la V sobresalía, justo cuando creía que no iba a ser descubierto por el dueño de aquel cuidado cuerpo sintió una mira encima suyo. Él lo miraba a los ojos expectantes, con gracia y perversión; con una sonrisa sínica que surcaba sus hermosos labios, esto lo había puesto tan nervioso que sintió desfallecer por un momento, cuando escucho su nombre ser pronunciado salió de aquel trance en el que había entrado momentáneamente y quito su vista caminando rápidamente a la susodicha.

- Sí, que necesita Nana – dijo calmado y tímido.

- Cariño, ve a darte una ducha y ponte el traje que puse en nuestra habitación – comento mientras daba caricias en el cabello del contrario.

- Pe-pero aun no terminan... yo no me puedo ir... perdón – su cabeza mediante iba hablando se mantenía gacha y el tono de voz iba disminuyendo.

- Sí puedes, ahora ve hacer lo que te estoy diciendo, anda, anda, no seas un niño desobediente – agarrando sus mejillas alzo su cara y lo miro a los ojos dándole un asentimiento.

- Sí, yo... yo iré ahora mismo – y se fue, todo aquel personal que se iba encontrando en el camino le daba una venia.

Entonces, el ruido del personal se dejo de escuchar cuando se adentró en el pasillo que daba pase a la habitación donde ellos dormían, seguía caminando sin prisa realmente, apenas eran las 5:20 de la tarde y la fiesta requerida empezaba a las 6:30, aun le quedaba tiempo de sobra y como muestra se daría una pequeña ducha y leería un libro como recompensa por su trabajo.

𝓜𝓔𝓛𝓞𝓓𝓨 𝓝𝓞𝓘𝓡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora