Homicida ☠️

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Centró su atención en lo que había planeado hace algunos instantes. Lo hubiera considerado un error si no tuviera la suficiente osadía para efectuarlo, más comprendía que esa no era su condición; la tranquilidad y el odio, se habían mezclado por todo su interior y creyó que esa era la señal propicia para poner en marcha lo que tenía en mente.

Su corazón latía acelerado y coordinado, al ser acompañado con respiraciones cortantes. Lo dudó un segundo y en seguida enrolló en un papel desgastado, una navaja afilada, escondiéndola en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta negra.

Ahora analizaba sus movimientos; daría una apuñalada en el abdomen y otra en el pecho, sabía que de esa forma acabaría con su víctima. Tras quedar un rato ensimismado en sus pensamientos, le invadió el terror de tener que llegar hasta ese punto por sentimientos de venganza, no obstante, tampoco podía perdonarle fácilmente a ese cretino, pues lo consideraba algo de cobardes.

De improvisto, mientras ordenaba sus ideas, sonó el timbre. Se sintió descubierto. Intentó calmarse abriendo la puerta con displicencia e indiferencia.

— ¡Vaya! ¡Tanto tiempo sin vernos! —exclamó el recién llegado.

Era un hombre alto, de cuerpo fornido y tez un tanto morena. Exhibía unos hoyuelos juguetones al ver de nuevo el rostro de su antiguo amigo.

Él lo miró intentando recordar la última vez que se habían visto. Sacudió su cabeza al rememorar que había sido en el club de karate, hace dos años.

— ¿Cómo diste con mi ubicación? —Quiso saber intrigado.

—Fue fácil. En este lugar todo el mundo te conoce. —Aseguró el visitante.

Ambos tomaron asiento en la sala que quedaba contigua al dormitorio del anfitrión. Habitaba en un pequeño departamento, un poco olvidado, pero cómodo para vivir.

—Me enteré de lo de tu amigo Taehyung,... así que decidí visitarte, Jimin. Sabía que no estarías bien al conocer la noticia —pronunció tocándose el mentón con su mano izquierda.

—Estoy bien. No debes preocuparte, Namjoon... —indicó él de forma pausada.

Por la única ventana de la sala, se escurrían diminutos halos de luz, que se perdían por el paso que se hacían las sombras entre ellas. El reloj marcaba las seis y doce minutos.

—Taehyung era un chico agradable, suena espeluznante que hayan asesinado a alguien tranquilo y amable como él —habló Namjoon en un tono que simulaba asombro.

—Sí, yo tampoco lo comprendo. Decían que era un ajuste de cuentas...

—Supe que la investigación está a punto de cerrar...eso me alegra mucho... Después de tanto tiempo, por fin encontraremos al homicida....

—Si... —quiso continuar diciendo algo más, pero fue interrumpido.

— ¿Es verdad que no asistirás al funeral de tu amigo?, hace pocos días que encontraron el cuerpo, deberías ir, Jimin.

Aunque la conversación era amena y placentera, Jimin sintió que Namjoon estropearía parte de su proyecto, y no quería perder tiempo en su ejecución. Su paciencia comenzó a agotarse, tenía unos deseos salvajes de que su interlocutor se marchara.

— ¿Asistirás?..—preguntó Namjoon al ver que divagaba.

— ¡Vete!.. —espetó Jimin de la nada.

Él lo miró extrañado.

—Hablar de ese tema me provoca malestar...

Namjoon al escucharlo se sorprendió demasiado, imaginó que su presencia sería reconfortante, no obstante se había equivocado. Tampoco quiso ocasionarle problemas mayores, y prefirió dejar solo a su amigo para que despejara su mente, más no dejaba de pensar en la verdadera razón de su inesperada visita. Esta lo consumía por dentro, y aunque se catalogaba como alguien con experiencia, sintió debilidad e inestabilidad para asimilarlo. Presintió una inseguridad fatal.

—Bien, me voy Jimin... Descansa un poco y luego ve al funeral —se levantó perezosamente de su asiento y se dirigió a la salida.

De repente, el ruido de un sonido metálico, le hizo sobresaltarse al cruzar el umbral de la puerta, al mismo tiempo que él sacaba de su escondite una daga, pero su impresión fue tanta que lo inmovilizó.

Al regresar su mirada a Jimin, observó que en el piso había un objeto enredado en un papel. Al principio no pudo adivinar, pero cuando vio el mango de este saliendo por una abertura pequeña, se aclararon por completo sus dudas.

Jimin le clavaba una mirada amenazadora al darse por descubierto, pues él intuía algo que jamás lograría entender.

— ¿Qué es eso? —preguntó Namjoon titubeando.

No obtuvo respuesta. Al instante, guardó en el bolsillo de su sudadera, el arma que había sacado antes, haciéndolo sin que lo notara su compañero.

— ¡¿Qué planeas hacer?! —le gritó Namjoon tomándolo por los hombros y sacudiéndolo contra la pared.

— ¡Nada!, ¡deja de entrometerte! —gritó él enojado, tratando de escapar del dominio de su amigo.

— ¿¡Has perdido la razón!? —vociferó Namjoon.

Jimin en ese momento, consideraba a Namjoon como su adversario y como este no dejaba de atosigarlo, tomó su navaja y la apuntó hacia él.

Su enemigo por su parte, no se dejó amedrentar y decidió actuar con cautela. Rápidamente se lanzó al ataque. Los dos se habían abalanzado contra el piso.

Jimin estaba cegado por la ira y la venganza, que la sorpresa no tuvo cabida en él cuando su antiguo amigo, quiso hacerle el contraataque, él solo deseaba encarar la afrenta. Namjoon lo golpeó repetidas veces en el estómago y en el rostro, si alguien hubiera presenciado la escena, juraría que Jimin sería el perdedor, pero al final cuando se veía una inminente derrota, pudo apuñalar a su compañero en el vientre, gracias a las destrezas que había adquirido en las artes marciales.

Namjoon, al desplomarse, derrotado, retorciéndose por el dolor que le producía la herida; hizo que Jimin tomara conciencia de lo que había hecho y se culpó por haber herido de muerte a su amigo. Así que, en unos deseos por desaprobarse, se apuñaló a sí mismo en el abdomen de manera brutal, ahogando su grito en la nada.

Mientras se desangraba, la dulce muerte lo envolvía entre sus brazos. Supo que ese había sido su destino y ese su final.

Aún estaba consciente cuando pudo descubrir un hecho insólito. En uno de los brazos de Namjoon, observó un lunar pequeño que a la vez era atravesado por una cicatriz, que el paso del tiempo no había podido borrar por completo. El verdadero asesino de su amigo Taehyung, según se lo habían dicho, llevaba una marca similar.

En ese instante, pensamientos confusos se agolparon en su mente, aunque no le quedaba mucho tiempo, sintió el deseo de saberlo todo.

Se acercó arrastrándose al cuerpo inerte, y descubrió en el bolsillo derecho de la sudadera, una daga. Se sobresaltó demasiado que no pudo evitar gritar desconsolado.

Luego de meditar en los últimos segundos de su vida, comenzó a dibujar una leve sonrisa en su rostro, al mismo tiempo que su cuerpo dejaba de responderle.

Su plan había sido acabar con el asesino de su amigo, y cuando pensó que el aparecimiento de Namjoon lo entorpecería todo, nunca imaginó que se le había presentado la oportunidad exacta. No entendía como una coincidencia así, había producido la muerte de los tres.

A pesar de todo, había cumplido el objetivo que se había formulado, aunque de manera extraña e incomprensible. Había vengado la muerte de su amigo...

...

FIN

📌 Espero lo hayan disfrutado, me gustaría sus comentarios acerca de como les pareció este relato corto, y la trama de sus personajes 💜. 

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