*Metamorfosis.
Todo cambia, para bien, para mal pero todo cambio tiene un fin.
Doña Estela madre muy querida de Joan no entendía, ni le entraba en la cabeza las razones por las cuales el chico decidido dejar la estabilidad social, los lujos, beneficios, dinero y posibilidad de encontrar una buena mujer por adoptar la pobreza, la castidad y la obediencia.
-Joan, hijo ¿acaso estas loco?- preguntó su madre aun en shock, dando manotazos al aire y sintiendo un vacío en el estomago.-sentí la voz- contraatacaba Pacífico.
-hijo, te quiero pero - Estela preparo muy bien sus palabras para no causar un desastre - en estos momentos siento que te estas volviendo loco Joan- chillo como loca mientras alzaba las manos por encima de los rizos platinados que poblaban su cabeza y su piel blanca que combinaba con estos.
-Madre se lo que quiero - contestó firme, carraspeo un momento por la falta de saliva en su boca (acostumbrado a no tomar agua, pues en los campos de guerra la poca que tienen debe rendir) y continuo asegurando - ese es mi lugar.
Su madre salió disparada a la cocina toda golpeada por las palabras seguras de su hijo, conociéndolo perfectamente sabia que están vez no mentía y estaba seguro de lo que haría.
*
Joan había tenido su naciente vocación desde siempre, pero ignorándola siguió con una vida descontrolada. Falto de padre, administrado por su madre quien recibía una jugosa pensión por la muerte de su padre en guerra, Joan creció con poca disciplina y le fue muy fácil desde joven enredarse en malas compañías, problemas y vicios.
Un día de secundaria a los 16, tras ver morir de sobredosis de heroína a su amigo Max, mas que amigo era su hermano del alma, el hermano faltante en su vida lo decidió. Joan acepto que necesitaba disciplina y encausar su vida para una razón.
Pensó que tal vez al en listarse en el ejercito ese año ayudaría a los demás, salvándolos y resguardándolos de todo peligro masivo, pero seguía una semilla de insatisfacción en su alma.
Una noche tras estar en el batallón y despertar por la alarma de emergencias corrió a prepararse y tras salir vio morir a un compañero el cual era muy devoto. Este había pedido de favor ser santiguado, ungido y confesado antes de morir, pero por falta de sacerdote en su capilla murió sin su voluntad. Ahí comprendo que si había una forma de ayudar mas seria cuidando almas.
Ahí comenzó la metamorfosis; su metamorfosis.