Mi universo en tu mirada

Perdón...

La noche anterior después de que Louis se fuera de su habitación, Harry le pidió a Zayn que hiciera lo mismo, ya que lo único que deseaba era estar solo, se sentía inmensamente confundido con todo lo que estaba pasando, él estaba intentando mejorar, no solo para él, sino para todos, para tratar de encajar y poder sentirse cómodo con todos esos chicos que le estaban brindando su amistad, para intentar arreglar las cosas con su padre y por fin llevar una relación sana entre ellos, y por último, estaba tratando de mejorar para no seguir lastimando a personas como lo hacía con Louis...

Si bien Harry la mayoría del tiempo se mostraba como alguien rudo, era más sensible de lo que alguien llegase a imaginar, dado a que se guardaba muchas cosas que sentía, y que le herían, y la razón de esto era porque jamás tuvo una persona a la cual contarle lo que le pasaba.

Su madre era una persona verdaderamente bondadosa y comprensiva, probablemente podría ganarse el premio a "la mejor mamá del mundo".

Harry se sentía demasiado afortunado de tenerla en su vida, porque siempre trataba de darles lo mejor tanto a su hermana como a él, era alguien demasiado buena, pero desde el momento en que su padre los abandono tuvo que hacerse cargo de todo, lo que hizo que la presión se le acumulara cada vez más y para Harry contarle lo que el sentía solo sería una carga más, lo mismo le pasaba con su hermana, la cual tenía que trabajar para así poder pagar su universidad.

Harry también apoyo económicamente a su familia ya que desde muy joven comenzó a trabajar en la panadería de su comunidad que quedaba a unas cuadras de su casa, en la cual tenía un horario flexible el cual le permitía ir a sus clases y así evitar perder el año escolar.

Fue en esa misma panadería en donde conoció Jacob, el chico del que se enamoró perdidamente, aquel joven de ojos color azul como el mismo cielo, y sonrisa perfecta, era alguien que se ganó el amor de Harry porque aparentaba ser la persona más bondadosa del mundo, además de que estuvo para el en los peores momentos, ante los ojos de Harry era el chico de sus sueños, todo un caballero, y sinceramente todos los catalogaban como la pareja perfecta, dos adolescentes amándose contra cualquier pronóstico, y enfrentando todos los problemas, realmente ¿Qué podría salir mal?

Una noche saliendo de trabajar, Jacob lo cito en un pequeño parque que se encontraba camino a su casa, lo que parecía una cita romántica término en la unión de cinco palabras:

"Fuiste un maldito juego, Styles"

Harry estuvo por mucho tiempo deprimido, iba de mala gana al trabajo, sus calificaciones bajaron notablemente, no hablaba con nadie, ni siquiera escuchaba su música favorita, estaba devastado, y es que su relación con ese chico había sido muy largo, estuvo con él durante 3 años, en los cuales él se sentía en la cima del mundo, se sentía amado y protegido, para que al final le dijeran que solo fue un juego

¿Cómo pudo haber sido un juego algo que se sintió tan real?

Fue inmenso el tiempo en el que él se sentía acorralado por un sinfín de sentimientos, hablaba con Niall sobre cómo lograr superar a ese imbécil, pero nada daba resultado, al final del día, su recuerdo venía a atormentarlo, cuando su mamá le aviso que tendría que viajar a México para intentar arreglar las cosas con su padre, evidentemente no quería aceptar, pero Niall lo convenció, probablemente irse del país por un tiempo le serviría para olvidar a Jacob, pero jamás se imaginó, que aun estando al otro del mundo, unos nuevos ojos azules lo conquistarían...

Unos destellos de luz entraron por el cuarto de Harry haciendo que esté se diera cuenta que ya era de mañana, cuando los rayos de sol hicieron contacto con su piel, está parecía brillar, pues asimilaba estar de color dorado.

Iba tratando de despertar cuando su celular sonó

-¿Bueno?- Dijo con su voz un poco adormilada