SEGUNDA PARTE ADONIS

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SEGUNDA PARTE.
ADONIS.

Se cierra la puerta y al final del pasillo se mira una silueta apenas alumbrada por la luz del faro que se encuentra en la esquina de la calle. No sabes nada al respecto pero algo te atemoriza. Tratas de darle las buenas noches para aliviar la tensión que sientes, pero el sujeto ni se inmuta, camina hacia ti con un andar lento y muy rígido, casi como si se tratase de un dibujo que solo mueve los pies. Te diste cuenta de que el pasillo es muy estrecho, el contacto con el sujeto es inminente, transmites tu estrés apretando con tus dedos el borde de tu falda, sostienes el aire, tus rodillas tienen la misma fuerza que las de un bebé, estás indefensa.

Cerraste lo ojos. ¿Lo recuerdas? No pudiste ver el rostro del sujeto, pero escuchaste su voz. ¿Qué te dijo? En realidad no importa, piensas que fue un alivio que se apartara de tu vista. A final de cuentas estás en los pasillos de un hospital y el reloj marca las 2:00 am, no debió parecerte extraño ver a un sujeto en la penumbra de la noche, más extraño te parece haber estado en pasillo de hospital completamente oscurecido por la madrugada sin recordar lo que hacías ahí.

¡Por supuesto! viniste por algo. A ver a alguien tal vez. ¿Acaso tienes un familiar enfermo? Estas confundida pero calmada, algo te dice que deberías conocer la respuesta, piensas y piensas, y el sueño no llega, te preocupa pensar que por la mañana tengas un compromiso. La luz vuelve, estás en una sala de espera, sentada en una silla incómoda, te detienes y reflexionas sobre el estúpido que diseño los asientos más incómodos del planeta. Frente a ti una señora que duerme profundamente, a su lado un niño cobijado con una sábana azul.

Cierras los ojos, recuerdas el pasillo, aprietas los párpados. ¿Qué te dijo? Estás segura que te dijo algo. De pronto el miedo al sujeto se convierte en curiosidad. Trata de recordarlo, ¿Qué te dijo? Buscas en tus recuerdos, pero están confusos y de repente olvidas la forma de tu propio rostro. ¿Qué te dijo? Fueron dos palabras estás segura, es alguien que no querías olvidar, es alguien que... ¿Te ama? ¡No! Alguien que te ama no te puede atemorizar de esa forma. ¡Recuérdalo! ¿Quién es él?

-Soy Adonis- Escuchas y no sabes si es una voz de tu recuerdo o es la realidad.
-Soy Adonis. Lantana, despierta- Y abres los ojos.
Ves un rostro hermoso, le preguntas si era él aquel sujeto de corredor. Lo afirma con la cabeza mientras interrumpe tus palabras sosteniendo tus mejillas y dándote un beso.
-Pronto te llamarán, ya sabes que decir.

Adonis, tu amor, no lo recordabas, creo que lo hiciste bien. Pero ¿Qué hiciste?

Escuchas un grito, es un llamado, Lantana Rodríguez, eres tú. Debes ir. caminas por el mismo pasillo pero ahora alumbrado con una luz amarilla que pesa en tus hombros. Dos hombres al final del pasillo.

-Es una pena, su familiar ha fallecido- te lo dijeron mirándote a los ojos.
-¿Y Adonis?- Respondiste.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2021 ⏰

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