El sonido de la lluvia era tan fuerte que Jane no podía dormir, y no era solo eso, había una incómoda rama golpeando seguidamente el cristal de su ventana. Suspiró y giró en la cama observando el escritorio que tenía frente sus ojos en ese momento.
Después de estar absorta durante unos cinco minutos decidió levantarse y encender la pequeña lámpara que ilumina lo suficiente como para observar muy por encima la habitación.
Las paredes, de color grisáceo, destacaban por encima de todo en aquella estancia. Los muebles blancos y el escritorio, del mismo color, pasaban totalmente desapercibidos, ya que así era como quería tener Jane su espacio.
Jane es una amante de la pintura y de la música, desde los 4 años no ha parado de escuchar música mientras hacía bocetos.
Día tras día era la misma rutina: llega del colegio, come (si queda algo en la nevera), hacer los deberes y directa a los trazos salvajes y precisos a la vez.
Jane estiró la espalda y se sentó en la pequeña butaca que utilizaba de asiento, cogió una de sus libretas y un lápiz, continuó un boceto que había dejado antes a medias, cuando Kam, su vecino, había picado a su puerta en busca de sal, una cosa llegó a la otra y acabaron tomando un par de cervezas sentados alrededor de la chimenea, la verdad es que ese frío era insoportable.
Jane se estremeció en el preciso momento en el que se acordó de aquella interrupción y relamió sus labios, no podía negar que ese chico le gustaba y le daba la confianza que necesitaba ahora mismo, se llevó una de sus manos a la cabeza y entrelazó su cabello entre sus dedos, se veía ahí sentada a las cuatro de la mañana, pensando en Kam, sin poder dormir ni intentarlo.
De pronto escuchó un golpe seco, pareció ser muy cerca de donde estaba ella, se puso alerta y camino hacía una de las esquinas de la sala donde tiene un viejo bate de béisbol que encontró en un contenedor de basura, lo cogió con seguridad y abrió la puerta poco a poco, esta zona del barrio no era muy segura que digamos, y esta no sería la primera vez que le entran en casa para robar cualquiera de sus pertenencias.
Jane tragó en seco y siguió su camino, volvió a escuchar otro golpe, esta vez aún más fuerte, parecía estar produciéndose dentro del piso, "¿Estará en la cocina?" se preguntó y al saber que no iba a recibir respuesta si no se acercaba, decidió, con paso firme, ir hasta aquella estancia.
Un olor espantoso llegó a sus fosas nasales y tapó su nariz con la manga de su pijama, no tenía ni idea de lo que, esta noche tan tranquila como otra cualquiera, iba a cambiar por completo el rumbo de su vida.
Sospechó que el cambio iba a suceder cuando abrió la puerta y sus ojos observaron el inerte cuerpo en el suelo de la cocina.
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Leer entre líneas
Mystery / Thriller¿Qué puedes hacer cuando el miedo te paraliza? ¿Cuándo no queda otra salida que enfrentarte al miedo, aún sabiendo que perderás tu vida en el intento? ¿Cómo lo vences si aún no sabes su punto débil? ¿Donde puedes atacar en ese entonces? Jane, una...