capitulo 2

41 5 0
                                    

Kendall

Cansancio.

Cansancio es lo único que he sentido en este día que apenas comienza; estoy agotado, decidí salir a correr a petición de mi madre, por toda la mierda de "cuidar mi salud física", honestamente no soy de hacer deporte y cuando lo hago es porque o James o mi madre me han obligado a hacerlo, son las únicas dos personas que tienen el poder de hacerme cambiar de opinión, pero no es porque nazca de mi corazón hacerles caso, es que tienen unos sermones extremadamente abrumadores, así que prefiero mejor ceder en lugar de darle cuerda a esos dos seres de lengua larga; son las ocho de la mañana y el sol ya empieza a quemarme, me cuesta respirar y estoy sudando como loco, siento que mataría por un poco de agua, a lo lejos puedo visualizar el mini market en el que trabaja Alondra, Alondra es mi hermana mayor, una chica extremadamente inteligente, guapa y egocéntrica, Alondra es de ese tipo de persona firme que nunca se deja pisotear de nadie y aunque su temperamento es fuerte tiene un corazón jodidamente grande y puede llegar  ser muy dulce; no dude en salir corriendo hacia aquel lugar.

—Hola bruja —le digo a Alondra mientras le doy un leve pellizco en la barriga a través del mostrador a lo que ella me da un golpe en la cabeza.

—Ay pendejo, me asustas —dijo inmediatamente con una mano en su pecho.

—¿Como está el ser más horroroso de la tierra? —dije haciéndole ojitos, mientras incorporaba mis codos en el mostrador.

—No lo sé, déjame y le pregunto —me miro y una sonrisa aparecio en su rostro, haciéndome entender que no había sido una buena jugada de mi parte.

—¿Como estás? —me preguntó e inmediatamente rodé los ojos con fastidio.

—Touche —le digo haciéndole saber que ha ganado.

—¿Qué haces aquí monstruito?— al escucharla no pude evitar fulminarla con la mirada.

—Sabes que no me gusta que me llames así —le dije serio.

—I know baby, por eso te digo así —me sonríe.

Le tuerzo los ojos y le grito que vine por agua, Alondra me puso ese tonto apodo cuando durante mi primera borrachera le rogué porque me pusiera un episodio del programa infantil de Henry Monstruito, no se en que carajos pensaba, pero desde ese entonces no ha dejado de molestarme con ese patético apodo.

Cuando entré al pasillo #6 pude observar desde lejos a una chica bastante despeinada que llevaba una ridícula pijama del monstruo de las galletas de plaza sésamo, no le di mucha importancia hasta que torpemente se giró y pude observarla; resulta que en ocasiones el mundo es extremadamente pequeño y era aquella chica castaña de la biblioteca, cuando sus ojos verdes hicieron contacto con los míos pude notar como sus mejillas tomaron un leve tono rojo.

Julie

—Julie hija, ¿podrías ir a comprar algunas cosas? —me dijo mi madre sosteniendo la puerta de mi cuarto para que el aire que entra por mi ventana no la cierre.

—¿Tene que ser ya? —pregunté quejandome ya que estaba en la parte más interesante de la serie.

—Ya mismo. —dijo mi mamá lanzandome una de esas miradas matadoras que me indica que me tengo que levantar antes de que se despierte el demonio de su interior.

—Esta bien — digo de mala gana.

—¿Irás así? —dijo mi mamá señalandome con su dedo acusador.

—Si, ¿por qué? —dije con las manos en la cintura.

—Pues, porque pareces una loca. —murmuró mi madre y no pude evitar fulminarla con la mirada.

Londres me recuerda a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora