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En ese gran salón levemente oscuro con candelabros que eran la única iluminación se encontraba una sola persona, Lust Shamecave, aquella hermosa chica de cabellos albinos y ojos de un morado hipnotizante se encontraba esperando a su nuevo invitado, según la información que se le había entregado, Ink Comyet, 19 años y aspirante a artista.

Suspiró al ver la edad de este, era prácticamente un niño.

Aquel chico entró al salón e hizo una reverencia ante la de vestido morado quien le sonrió y se acercó a él, ofreciendo su mano para bailar.

Durante el resto de la velada se la pasó alagando al chico artista, y sin pensarlo dos veces, lo convirtió en suyo.

Para ella, había sido el mismo demonio el cual le había concedido el poder para tener a quien quisiera a sus pies, sea hombres, o mujeres.

En el comedor de aquel castillo, todos los ya presentes le daban la bienvenida a ese nuevo chico que ahora era de Lust.

—Ella tiene el poder de hacernos ver todos sus deseos, todo lo que quiera tenemos que cumplirlos— habló Geno, uno de los chicos que ahí estaban y era presumiblemente uno de los preferidos

—Aunque tengamos que vivir aquí, ¿Cierto?— respondió Ink

—Ella puede traer a cualquiera siempre que esté en su “lista de deseos"— volvió a decir Geno

—Construyendo su harem— respondió nuevamente

Ink fue llamado a la habitación de Lust y este fue directamente donde tenía que ir e hizo lo que, obviamente, tenía que hacer.

Lust acarició con cuidado y cariño el cabello del chico que estaba a un lado suyo y sonrió.

—Una vez la ropa fuera, nunca podrás volver a esa triste realidad en la que vivías— dijo con un sonrisa de superioridad en el rostro antes de levantarse de la cama

La locura de la Duquesa de VenomaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora