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Por la tarde su padre había salido a cazar junto con su hermano, a las zonas menos concurridas, pues sabían que de no cuidar ser vistos se arriesgarían a ser experimentos del gobierno.

Mientras ellos mantenían una caza tranquila Sasuke se encontraba haciendo unas pequeñas trenzas en el largo cabello negruzco de su madre, lo decoraba con perlas y algunas conchas, dejando como resultado una trenza hermosamente decorada de puros adornos marinos. Orgulloso ante su creación levantó las pequeñas aletas de su cabeza, provocando una ligera sonrisa en el rostro de su madre.

-- Sasuke, haces peinados maravillosos ¿Recuerdas la vez que le hiciste una trenza igual de bonita a tu hermano? -- aquel pelinegro volteó hacia la sirena mostrando un rostro avergonzado.

-- Sí, le quedaba bien... Pero padre le quitó los adornos diciendo que esas eran cosas de sirenas, al final nos regañó a ambos. No estuvo tan mal después de todo, Itachi se colocó los adornos de nuevo mostrándome una sonrisa... Algunas veces pienso que soy algo duro con él, después de todo es mi hermano mayor, me protege de todo, me quiere demasiado, debería ser él quien tenga la oportunidad de conocer a un humano -- la adulta guió sus manos hasta la cabellera negruzca de su hijo acariciándola lentamente, siempre se preocupaba por los demás inconscientemente, también era un tritón puro.

-- Hablando de humanos, ¿Tú no debías ver a uno hoy? -- cierto, aunque esos eran planes nocturnos, definitivamente sería arriesgado aún con sol. Tampoco tenía idea de si el rubio estaría en el mar. No, para qué arriesgarse.

-- Si madre pero... --.

-- Sin peros jovencito, mira esto -- detrás de su aleta sacó una pulsera hecha de pequeñas perlas, con una concha en medio, brillaba bastante, era como un tesoro en forma de pulsera, juraría que encajaba a la perfección con su muñeca, o con la de Naruto -- Cuando lo veas dale esta pequeña pulsera como regalo, servirá para que se mantengan unidos, cuando lo necesites su pulsera brillará un poco más de lo normal, lo que significará que lo llamas -- al ver la expresión preocupada de su hijo palmeó su hombro entregándole esa pulserita hermosa hecha a mano -- Fugaku no se enterará, de eso me encargo yo, ahora ve, Sasuke --.

-- Gracias madre, eres la mejor -- salió a toda prisa dejando en su madre una sonrisa ensanchada, la sirena tenía la corazonada de que al final su hijo cumpliría aquel sueño de ser un humano, con unas lindas piernas delgadas.

Al llegar a la superficie con la pulsera en la mano y el corazón retumbando sin control dentro de su pecho analizó cuidadosamente a todos los humanos caminando cerca de la orilla, de entre todos los ahí presentes solo uno llamó su atención

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Al llegar a la superficie con la pulsera en la mano y el corazón retumbando sin control dentro de su pecho analizó cuidadosamente a todos los humanos caminando cerca de la orilla, de entre todos los ahí presentes solo uno llamó su atención. Un rubio sentado en la misma roca apartada donde se conocieron, sostenía sus piernas observando el mar con interés. Ahí estaba, de nuevo ese latido desesperado resonando tan fuerte en sus oídos, como un llamado insistente a ir donde aquel joven de ojos azules.

Nadó sin llamar la atención hasta la roca sacando solo su cabeza, con aquellas aletitas azules adornándola de manera tierna, después ágilmente asomó sus manos con la pulsera entre sus dedos.

In the sea (Narusasu, Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora