Mi nombre es Becca y soy obesa. O por lo menos lo era hasta este verano. Toda mi vida he sido una persona a la que le gusta comer. He pasado las tardes sentada en la sala de espera de centros de nutricionistas esperando mi turno. Se podría decir que un tercio de mi vida me lo he pasado allí dentro. Esos me ponía toda clase de dietas, algunas más extremas y otras más asequibles, pero en general dietas horribles a base de pollo, pavo y lechuga. Ahora te estarás preguntando ¿Porqué esta chica está aquí contándome esto? Esto es solo la introducción para que comprendas un poco mi vida, sin esto no podrás comprender lo que pasa después. En fin, continuemos.
El caso es que en teoría me debería de haber ayudado, cosa que no hicieron ni por asomo. Yo siempre encontraba la manera de saltarmela. Cuando me ponía a dieta el hambre más voraz llamaba a mi puerta haciendo que me escabullera a algún supermercado y comprara chocolatinas o donuts.
En aquella época no podía presumir de tener muchos amigos. Más bien no tenía ninguno. Bueno, ninguno es un término bastante general. Estaba Elena, mi mejor amiga desde siempre. Nos conocimos en una clase de ballet a la que mi madre me obligó a ir. Yo estaba embutida en el tutú cuando ella entró en la clase. Era muy tímida y se sonrojó cuando la profesora la presentó al resto de los alumnos. Más tarde me acerqué a ella invitándola, incitada por mi madre, a un helado en Lucas, mi heladería preferida. El resto es historia. Desde ese momento nos hicimos mejores amigas. Elena y yo pasamos juntas toda mi infancia. Hacíamos fiestas de pijamas en su casa viendo Jessi en el televisor del salón en compañía de su perra Daisy, íbamos al colegio y nos sentamos juntas, espiábamos a Alex (el chico por el que estaba colada) jugábamos en el parque juntas... Al ser las dos muy tímidas nos daba vergüenza juntarnos con el resto de niños, así que por mucho que mi madre insistiera, pasábamos las tardes las dos solas. Pero no nos importaba, nos lo pasábamos de miedo.
Aquella fue una de las mejores épocas de mi vida que se terminó el verano antes de que empezara el instituto, ahí fue cuando llegaron los problemas. Lo que primero sucedió si vemos la línea cronológica del tiempo fue la partida de Alex del pueblo. Se marchaba internado dos años a Francia junto con su hermano mayor Tyler. Lloré una noche entera por eso. Elena se quedó a mi lado consolándome. Me incitó a que fuera a su casa a pedirle una cita antes de su partida. Hasta escribimos un discurso que me memoricé a conciencia. Pero al llamar al timbre salí corriendo en un acto de cobardía dejando a m mejor amiga sola en el umbral de la puerta.
A partir de ahí todo fue de mal en peor.
El instituto era una verdadera pesadilla. Todos se volvieron mucho más crueles. La gente que antes me ignoraba comenzó a dejar de hacerlo, pero no el en buen sentido de la palabra sino en el malo. El el peor del mundo. Se ve que el estar tremendamente gorda era motivo de risa. Quiero hacer una pausa en el tremendamente gorda. Yo no era la típica chica que está rellenita. Yo medía uno coma cincuenta y nueve metros, y mi peso neto era de noventa y ocho kilos. Eso era una desventaja considerable si hablamos de temas de aceptación. De acuerdo, podemos continuar.
A partir de ahí comencé a crear enemigos. La primera fue Jessica, una perra de cuidado. Antes de empezar el instituto era una chica inocente con aparato a la que su madre le preparaba bocadillos de jamón y queso para la comida. Esa niña adorable fue aplastada por la garra de la nueva, más malvada y más Regina George que nunca: Jessica Jones. Aunque ahora todos la llamaban Jessy. Todos los chicos querían salir con ella. Todas aspiraban a ser tan populares como ella. Era la más popular de los populares. No había persona en el colegio que no supiera quien era.
Puaj, Jessy.
Era una matona total. Y toda matona debe tener a alguien a quien hacer bullying. Ahí entro yo. La chica gordita vestida con sudaderas y pantalones de deporte ya que es lo único que le entra, y que solo tenía una amiga. La chica que antes era invisible, la perfecta víctima. En otras palabras yo.
ESTÁS LEYENDO
Love Diaries 1: Amores queridos son los mas reñidos
RomanceBecca Brown siempre ha estado enamorada de Alex O'Neill, así que casi le da un infarto cuando se entera de que volverá del internado en Francia al que sus padres le mandaron. Pero todo lo bueno viene acompañado de algo no tan bueno. La buena notici...