𝐈𝐕

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☁️ ; Hashirama cubre a Madara de todos los asesinatos accidentales que comete.
...

𝐻 𝑎 𝑠 𝒉 𝑖 𝑀 𝑎 𝑑 𝑎


DRABBLE

—¿Por qué hiciste eso?! —Los ojos de Hashirama estaban alterados, mirando el cuerpo decapitado de uno de sus mensajeros.

Si Madara no estuviera de pie seguramente estaría hecho bolita en el suelo, no por la culpa sino porque casi siempre es él quien regaña a Hashirama y, por ende, era inusual que se encontrara en esta situación. No podía manipular a Hashirama con una actitud inocente, no cuando todo su rostro estaba salpicado se sangre y había una cabeza al lado de su pie. Puede, solo puede, que se haya pasado un poco con respecto a su ataque.

—Dijiste que no podíamos confiar en nada. Y él estaba terriblemente cerca de ti, un movimiento más y el que estaría decapitado serias tú —murmuró Madara en su defensa.

—Te dije hace dos horas que no podías confiar en nada, cuando estábamos en combate. No cuando estamos a nada de llegar a Konoha. —Madara se sintió como un niño pequeño siendo regañado por alguna travesura, pero en su caso, su travesura se salió de control.

—Perdón, Hashirama… No sabía que era de la hoja. —Hashirama le dio una mirada molesta, ver la guadaña que chorreaba con la sangre de su mensajero lo hacía cabrear más.

—¿No sabias? Madara es el tercer hombre que asesinas por accidente.

El rostro de Madara se llenó de indignación—¡No! —replicó—¡Es el segundo, uno fue de Obito mientras entrenábamos!

La delgada ceja de Hashirama palpito violentamente. Estaba tan cansado de la misión que habían tenido de último momento como para lidiar con esto. Sólo quería llegar a su casa y darse un baño para quitarse el sudor y la sangre salpicada de la emboscada por la que acababan de pasar. Suspiró pesado—¿Crees que tu guadaña sirva?

—¿Mhm? —Madara lo miró sin entender.

—Tu guadaña, para enterrarlo lejos. No quiero usar las raíces, a esta distancia Tobirama podría pensar que estamos en combate y necesitamos ayuda. —Inmediatamente pensó, que manía la de Tobirama de acumular chakra mientras no estaban en combate.

Madara asintió con una pequeña sonrisa tímida. Seguía creyendo que no era su culpa, había librado a la miserable cabeza del hombre de sus miserables hombros. Además, prefería que fuera el hombre a que, posiblemente si fuera un traidor con movimientos más rápidos que los suyos, fuera Hashirama.

headcanon's ; hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora