UNNAMED

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—Dime, Scott, ¿cuándo te diste cuenta de que tenías que hacer eso?— los ojos de la mujer miraron sobre sus gafas fijándose en la persona frente a él.

—... —El joven se negaba a subir la vista, todo el tiempo que llevaba ahí no había dicho palabra alguna.

—Scott ¿podrías contarme qué pasó esa noche? —La dueña de la voz miraba los documentos en su portapapeles especulando sobre la situación. —Aquí dice que disparaste tres veces ¿Por qué?

—...—Al parecer había tocado algo en él joven, algo que lo hizo mostrar su mirada la dama frente a él —Disparé tres veces... —Parecía más una pregunta para él mismo que una respuesta concreta, aún se encontraba en shock.

—Scott, sé que no eres culpable, pero necesito saber... ¿Qué pasó? —Scott se fijó en aquella señora, sus cabellos eran castaños pero la edad hacia que algunos de ellos fueran plateados, su semblante mostraba una frente amplia que delataba las aproximadas cinco o seis décadas sus ojos eran oscuros, profundos y opacos bajo ellos unas notables ojeras y su atuendo formal solo acentuaba su edad y su apariencia severa.

—¿Qué pasó?... Es fácil... —El joven miraba sus muñecas fijamente logrando reflejar la luz en las esposas —...Él abusaba de mí... De muchas formas... —La voz del joven era apenas más alta que un susurro, casi gutural pero demasiado tenue.

—¿Por eso lo mataste? ¿Querías vengarte de él? —Los ojos de la mayor se posaron en la figura del joven frente a ella, buscando el contacto visual sin éxito.

—¡No! ¡Yo solo me defendía! Lo hice sin pensar solo quería que se detuviera. —Las lágrimas del menor no podían ser contenidas por más tiempo y salieron mojando sus manos. —Quería que dejara de lastimarme —

—Dime qué pasó, ¿cómo sucedieron las cosas? Dime qué fue lo que pasó cuando tu hermano se enteró ¿cómo reaccionó? Quiero que me digas todo, Scott.

—... Cody... Así me dicen todos. —El joven por fin encontró sus ojos con los del adulto que se encontraba en la habitación con él a pesar de que sabía que tras el vidrio polarizado probablemente se encontraba un policía escuchando todo lo que decía.

—Muy bien Cody, entonces, cuéntame ¿qué pasó? — la mujer sacó de su bolsillo una grabadora y la dejó en el centro de la mesa metálica lista para documentar cada palabra.

—Ni siquiera sé por dónde empezar, todo pasó demasiado rápido... —Scott llevó sus manos a su cara para cubrir sus ojos buscando escapar de los recuerdos y de la realidad.

—¿Por qué no comienzas desde donde empezó todo? —La mujer miró de cabo a rabo al joven, sus cabellos marrones revueltos sus ojos hinchados por él llanto y enrojecidos opacando su color pardo, su piel a pesar de de que estaba deteriorada por la situación su tono pálido solo volvia mas tierna la apariencia, cualquiera que lo mire diría que no cumple aún los dieciocho.

—Si.. eso es más fácil... se perfectamente donde se define él antes y él después... ¿Cómo debo llamarla? ¿Inspectora? ¿Oficial? —La aludida miró algo confundida al castaño.

—No me gusta usar mi placa como una etiqueta y menos para un jovencito al que quiero ayudar.

—Entonces solo es otra burócrata que aparentemente no quiere que vaya a prisión... Disculpe si no le creo pero tengo un largo historial de decepciones hasta ahora y no me arriesgaré a que usted sea parte de ello. —El semblante de la dama se ablandó un poco, podía entender perfectamente la situación en la que él niño frente a ella se encontraba.

—Solo cuéntame cómo fue que llegaste hasta aquí, no termino de entender como un jovencito como tú podría ser el centro de una situación como esta.

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