Almas del fuego

Capítulo 3

Después de mucho tiempo alfin vuelvo con esta teoría perdón por los seguidores de la historia no se porque ya no la actualize pero bueno eso es para otro momento :3.

Ichigo estaba enojado. Pero más que eso, tenía miedo. El estaba corriendo. Tuvo que escapar de la sombra oscura que lo perseguía. Era un monstruo con el que no podía luchar.

Su padre la Viejo Cara de Cabra tenía una llave, la llave de una puerta que se abriría en un sentido y se cerraría detrás de el y su hermanas, excepto que en ese momento no era La Cara de Cabra. Ahora no era su padre o , Kurosaki Isshin o, doctor de la clínica kurosaki o, Shiba Isshin capitán de la Décima División, no era una persona  más seria de lo que Ichigo había visto desde lo ocurrido con Aizen. No pienses en las entrañas del pasado . Ese nunca será tu destino. Dijo el padre ichigo.

Yuzu y Karin estaban apretadas una contra la otra aferrándose a el en cualquier momento por si el efecto sería sofocante, ahora solo podía intentar acercarlas para apoyarlas.

Se abrió una puerta. La puerta equivocada. El camino de vuelta. Un camino por el que nunca podría volver.

Los guerreros salieron por la puerta hacia la colina en una marea interminable. Qué apropiado que estuvieran en un cementerio, pero todas estas tumbas ya fueron tomadas. Ansiaba dibujar a Zangetsu, agregar su sangre a la refriega.

Un destello de violeta exploto. "¡Corre idiota!" Entonces un destello de un rojo intenso. Se extendió para cuprir su ojos.

Rabia sin palabras. Una agonía desgarradora rugió en el cielo nocturno. Tragado. Consumado. Perdido en un torbellino tormentoso.

Ichigo vio a oscuridad. Luego la luz. Entonces nada.

Cuando la Nada retrocedió, Ichigo yacía sobre una superficie plana y dura. No podía sentir nada en millas. Ni una pizca de alma. Ni rastro de presión espiritual. Incluso el poder de Zangetsu, familiar y bienvenido como el latido de su propio corazón, había desaparecido. Pero Ichigo todavía estaba vivo y ya había sufrido este dolor antes. Él iba a sobrevivir.

Ichigo abrió los ojos. Y gritó.

Una cara de payaso se cernía sobre la suya, murmurando estadísticas y cifras, y sonriendo con placer. Ichigo encontró la fuerza para apartar la cara.

A su derecha, había cabello oscuro, sangre y silencio. Sacudió la cabeza en la dirección opuesta.

Un ojo castaño claro le devolvió la mirada acusadora.

Ichigo se despertó con un grito ahogado en una habitación desconocida. Se sentó rápidamente buscando algo por lo que orientarse, algo que indicara dónde estaba. La puerta crujió al abrirse. Ichigo giró la cabeza y luego bajó. Kon estaba mirando desde el pasillo. Su suave rostro de algodón se contrajo de preocupación.

Todo vino apresuradamente en ese entonces. Ichigo estaba en el Pueblo Escondido en las Hojas. En el nuevo apartamento que compartía con sus hermanas y Kon. Y todos estaban bien lejos de la Sociedad de Almas y las cámaras de tortura de Kurotsuchi Mayuri.

"¿Ichigo?" preguntó Kon suavemente.

"¿Grité verdad?" preguntó Ichigo y quiso decir, ¿desperté a mis hermanas otra vez con mis pesadillas?. El vuelo en pánico había sido real. La puerta y el cementerio habían sido reales. Rukia había sido real. Ella le había dicho que se fuera, cuando él se habría quedado para luchar y ser derrotada. Y luego ella cayó en un charco de sangre, y el sello para transportar a Ichigo y sus hermanas se activó antes de que pudiera verla levantarse de nuevo. Tenía que estar viva. Ella no pudo haber muerto por su bien. Creería que ella había sobrevivido. Era la única forma en que podía seguir adelante.