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—¡¿Estas segura de que tus padres no van a venir?!–gritó por la fuerte música mi mejor y una amiga Parker–
—Claro que sí! –mentí–
Si supiera que ellos están por venir. Mis progenitores se habían ido a L.A a visitar a su otro hijo y me dejaron sola y como buena niña que soy organize una gran fiesta.
—Vamos a bailar! –la jale hacia la pista y nos mezclamos entre la gente–
—Siempre haces las mejores fiesta Merlín. –me dijo chico que está en mi salón, creo que se llama Manuel–
—Lo sé, gracias Manuel.
—Me llamo Danie- –me estaba por decir cómo se llama cuando fue interrumpido por todos quejándose de que la música se había parado–
—Vallan todos a sus casas la fiesta a terminado!.–gritó mi progenitor muy enojado– AHORA! –todos comenzaron a irse–
—Hasta mañana –me despedí de algunos–
—Suerte. –me dice Parker despidiendose–
—Gracias la necesitaré. –le dije cuando escuché que me llamaron– nos vemos –cerré la puerta de mi casa cuando ella se montó en su auto–
—Merlín! –me llamaron–
—¿Qué? –pregunté con toda la paciencia del mundo sentando me en un sillón del living–
—Estamos cansados de todas tus fiestas, de que hagas lo que te da la gana –comenzaron con su choro–
Que pereza me da escucharlos decir lo mismo siempre
—Ya terminaron su discurso, ¿me puedo ir? –pregunté cuando terminaron de hablar–
—No, o te comportas o te mandamos a un internado –dijo mi progenitora haciéndome reír– no estamos bromeando
—Si ustedes quieren mal invertir su dinero en internado, bien por ustedes –me pare y comencé a subir las escaleras a mi habitación–
—Te estamos hablando Merlín
—¿Qué quieren?, ¿Que me ponga a llorar pidiéndoles que no me manden a un internado? –pregunté y ellos se quedaron callados– Ay por favor –me reí y subí a mi habitación–
꒰ 𝗌𝗄𝗂𝗉 𝗍𝗂𝗆𝖾 - 𝗻𝗲𝘅𝘁 𝗱𝗮𝘆 ୭̥ ꒱
Cuando me levanté ya era la hora del almuerzo, aún que no tenía las ganas de verle las caras a esos señores tenía mucha hambre. Cuando llegué a la cocina los escuché hablar
—¿Qué haremos Marcos? Sabes que un internado no la hará cambiar.
—Es la única opción que tenemos, o es eso o es enviarlas a una escuela de monjas –dijo mi progenitor–
—¿Y si la mandamos con Noah a L.A?
—Tendriamos que habla con Noah primero, sabes que el tiene mucho trabajo como para tener que cargar con Merlín también –escuché como marcaban un número de teléfono y luego hablaban con su otro hijo sobre mi mal comportamiento y blah blah blah–
