PRÓLOGO

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-¿Te acuerdas de mí?- le dije mientras le miraba a los ojos.

El viento soplaba fuerte aquella fría noche de noviembre. Había sufrido mucho en los últimos meses y no me podía creer que mi final fuese a llegar de aquella manera, no me lo creía. Había estado en situaciones peores, es verdad, pero en aquel momento fue la primera vez que veía que no tenía escapatoria.
Tenía los ojos rojos de llorar y apenas podía ver bien por culpa de las lágrimas que recubrían mis pupilas, pero aún así pude ver en su cara la mayor expresión de sorpresa que había visto en mi vida.
Un instante después de pronunciar aquellas palabras, el arma se le escurrió de las manos y al caer pegó un tiro al aire...

La tercera cámara del móvil. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora