Privacidad. Puede parecer una palabra simple pero tiene un significado más profundo. La privacidad es algo que todos necesitamos en nuestra vida, puesto que a nadie le gustaría que sus secretos más oscuros fuesen desvelados. Todos tenemos algo que ocultar. TODOS. Algo que si saliera a la luz... Te darían ganas de mudarte a Groenlandia y comenzar de cero. Pero, lamentablemente, en la era de Internet se ha perdido de una forma abrumadora, ahora la gente puede saber muchas cosas sobre tí con apenas unos clicks en los botones indicados. En Instagram tiene hasta su propio nombre: le llaman "stalkeo".
Con la llegada de las redes sociales, personas totalmente desconocidas para tí pueden saber muchas cosas acerca de tu vida: tu aspecto físico si tienes fotos publicadas, tus amigos si les etiquetas en alguna foto o historia, tú ubicación, país, región o incluso pueblo o ciudad. Eso antes no pasaba. Normal que Mack
Zuckerberg haya sido llevado a juicio en varias ocasiones por el uso indebido de datos personales de millones de personas, ¿a quién no le gusta cotillear?
Pero si hasta a un multimillonario como Zuckerberg le interesa romper la privacidad de las personas para conseguir más dinero... ¿Qué te hace pensar que no lo hará alguien más con fines peores?-¿Te vas a tirar ahí la vida o qué?- gritó Judit mientras golpeaba la puerta con fuerza- ¡Yo también tengo que ducharme, tía!
-¡Ahora salgo, joder!
Me había quedado tan anonadada en mis pensamientos que íbamos a llegar tarde a clase. Salí de mi bucle mental, y también de la ducha, me vestí corriendo y bajé a desayunar. Mi hermana entró para ducharse mientras seguía quejándose de mi tardanza.
Entré en la cocina, el desayuno ya estaba en la mesa.-Buenos días cariño- me saludó mi madre mientras me besaba la mejilla- ¿Qué tal has dormido hoy?
Mi madre siempre estaba muy ocupada pero no nos abandonaba ni a mi hermana, ni a mí. Bueno, mi hermana es un caso aparte, ella va por su cuenta y luego vuelve buscando ayuda para arreglar sus desastres. Mi padre casi nunca estaba en casa tampoco, pero también se preocupaba por nosotras. Supongo que es lo que tenía trabajar tanto.
Esa mañana mamá nos había preparado unos gofres con una pinta espectacular, así que no pude evitar sentirme mal cuando le mentí al decirle:-Muy bien la verdad.- No había dormido absolutamente nada por culpa de los malditos sonidos extraños de mi teléfono.
-Me alegro.
Mi hermana salió, desayunó y nos fuimos juntas a la escuela. De camino a la parada de autobús decidí contárselo a Judit:
-Judit
-¿Qué?
-¿Tu móvil hace unos ruidos extraños? Como si te estuviesen grabando...- ella me miró con cara extrañada.
-Claro que no, ¿acaso el tuyo sí?
-Sí y vaya, qué casualidad que desde que me instalé Spotify pirata.- le dije en tono irónico.
-Tía, estás paranoica.- me dijo mientras se reía.
-Ojalá fuera eso.
-A ninguna de nuestras amigas le pasa algo así, serán imaginaciones tuyas.
-Bueno, quizás tengas razón. -Spoiler: no la tenía.- oye, ¿sabías que el hackeo está hecho en Rusia?
-No, pero eso qué más da JAJAJAJA- empezó a reírse fuertemente.- ¿Acaso crees que el culpable de los ruidos que crees oír es un espía ruso?
-Nooo qué va. - Buenoooo.
Los siguientes días transcurrieron sin más, bueno los sonidos extraños continuaban, pero más allá de eso, poco que contar. No paraba de repetirme las palabras de mi hermana, ¿estaba paranoica?
Pero más adelante descubriría que no. Por desgracia no tuve que esperar mucho para confirmarlo.
Yo seguía haciéndome preguntas cada día hasta que a mi móvil llegó una notificación extraña. Un número que no tenía agregado. Un mensaje. Un misterio.
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