Capítulo 2

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Esas palabras iniciaron con absolutamente todo, como prometió consiguió lo necesario para la película de los Merodeadores, se pusieron fechas del rodaje, se contactó con los actores...Pero ahora me tocaba mi parte. Ben me llevó ante profesores de interpretación, conocí al director y a los que serían nuestros compañeros...Todos eran agradables, aunque sé que en su cabeza se formulaba una única pregunta "¿Por qué?", era comprensible, aunque me apañé bien dentro de lo que cabe, no soy él, me sentía como un niño que acababa de empezar a andar. Llevábamos grabadas algunas escenas, era extraño, porque nuestros personajes debían tener una tensión sexual notoria, y eso me confundía, pues, yo no tenía que fingir, pero el hecho de que él estaba actuando me martirizaba.

—¿Me estás escuchando?—Su cara estaba tan cerca de la mía que instintivamente me incliné hacia atrás, apoyándome en el respaldo del sofá, un momento, ¿Sofá? Cuando miré a mi alrededor estaba en casa de Ben, de hecho, él estaba arrodillado delante de mí, me había perdido tanto en mis propios pensamientos que no le estaba prestando atención.

—Sí...Sí—Soltó una risa y apoyó sus manos en mis muslos desnudos para poder levantarse.

—¿Por qué mientes? ¿En qué pensabas?—Comenzó a rellenar su copa con un líquido azul, aunque cuando miré hacia abajo avergonzada, yo tenía una copa con el mismo contenido.

—Solo...Estaba abstraída.

—¿Seguimos practicando?—Se sentó en uno de los taburetes de la cocina y cogió un montón de papeles que estaba en la encimera: el guión. Su casa era abierta, de tal forma que el salón y la cocina se conectaban. Asentí lentamente con la cabeza y chasqueé la lengua, me levanté y me acerqué a él para mirar qué escena tocaba ahora. Me colocó la mano en la cintura y me sentó sobre él, es algo tan habitual que ni yo sabía por qué me sorprendía. Cogí con las dos manos el guión. Mientras lo estaba ojeando me lo quitó con su mano derecha, me levantó y me giró para que lo mirase.

—¿Qué pasa?

—Ya que interpretamos a unos personajes que tienen bastante tensión entre ellos, creo que deberíamos practicar escenas más...Íntimas.

—Tú dirás—Aunque yo estaba de pie y él siguiese sentado, nuestros ojos estaban a la misma altura, comencé a escanearlo y vi que se inclinó lentamente hacia mí, su mano acarició mi piel en su totalidad, desde el brazo hasta mi mejilla derecha, donde terminó posándose.

—No sabía que los museos ofrecían visitas gratuitas a sus mayores obras de arte...—Sus palabras me paralizaron. El rubor cubría mi cara para cuando decidí alejar mi propia personalidad. Intenté pensar en cómo reaccionaría Leisha, mi personaje.

—¿Qué pasa, Chris, te estás enamorando?—Chris era el nombre del personaje que interpretaba Ben, el cual sonrió de forma casi imperceptible y de un momento a otro su expresión fue seria.

—¿Y si admitiese que sí?

Se acercó más a mí y colocó su otro brazo en mi cintura, apretándome contra él. Su vista quedó anclada en mis labios, de forma instintiva bajé mi mirada a los suyos; estaban entreabiertos. Un suspiro escapó de mi boca y sin pensar con claridad...Le besé. Posé mis manos en su cara, su piel áspera despertó en mi interior algo demasiado primigenio. Ben se quedó quieto durante unos segundos, llegué a pensar por un momento que me separaría, hasta que de repente noté sus manos en mi cuerpo, acercándome hacia él. Abrí ligeramente los labios. Una invitación silenciosa pero directa. Su lengua comenzó un baile con la mía después de tantearme de manera tímida. Una de sus manos la metió en mi pelo suelto, dándome mini descargas eléctricas conforme me acariciaba. Mi cuerpo reaccionaba al suyo con demasiada facilidad.

Rompí el beso lentamente, nos separamos poco a poco y pegamos nuestras frentes. Notaba su mano temblar en mi cintura cuando nuestras respiraciones se entrelazaron, entrecortadas. Ben, aun con los ojos cerrados, habló—Reconozco que es mejor de lo que hubiese podido imaginar, mis sueños no te hacen justicia __...Leisha—Pronunció la primera sílaba de mi nombre y rápidamente lo cambió por el nombre del personaje. Frunció el ceño con los ojos todavía cerrados y se mordió el labio inferior. Miró hacia otro lado, avergonzado.

—Quizá no seas tan malo después de todo—Me crucé de brazos y me pasé el dedo pulgar por mi labio superior. Me miró con los ojos muy abiertos. Su mueca fue dando paso a una sonrisa.

—¿Debo tomármelo como un cumplido?

—Tómatelo como quieras, aunque...Quizá no vuelva a negarme a ir a una cita contigo, Chris—Le guiñé un ojo y me giré. Comencé a reírme por la situación, era una risa nerviosa camuflada, era la primera vez que nos besábamos, no estaba mentalmente preparada para ésto, aun no. Para mi sorpresa, él se contagió. Me giré para verlo, sus labios estaban un poco hinchados, y eso solo lo hacía verse mejor de lo normal—¿Qué tal lo he hecho, profesor?—La última palabra la dije con una entonación diferente, divertida por el momento.

—Pues...Muy bien, ¿Dónde has aprendido a hacer eso? ¿Con cuántas personas te has besado?—Abrí bastante los ojos y comencé a reírme.

—Me refería a la actuación, cariño—Cogí mi copa y le di un sorbo. Comenzó a reírse. Se rascó la nuca, parecía nervioso.

—Eso también lo has hecho bien, bastante, creí que te desenvolverías peor, aunque no sé por qué pensaba eso.

—Me subestimas...Es broma, solo me siento cómoda contigo—Las palabras salieron de mi boca tan rápido que ni siquiera pude debatir si eran correctas o no.

—Aprovechemos eso entonces, ven—Se levantó y me tendió una mano. La acepté y comenzamos a andar hacia...Su habitación.

—¿Qué hacemos aquí?—La había visto tantas veces...Pero hoy era distinto, las sábanas blancas de aquella cama de matrimonio invitaban a ser deshechas, el ventanal con la ciudad al fondo era el sueño de cualquier persona, tenía cortinas que no le gustaba poner, le encantaban las vistas, de hecho por eso se compró éste apartamento.

—Vamos a seguir practicando, a ver si sigues improvisando tan bien.

—De acuerdo...—Mi corazón estaba prácticamente fuera, desbocado, aunque intenté aparentar la máxima tranquilidad y confianza posible.

—Túmbate en mi cama—Obedecí sin rechistar, para cuando mi cuerpo estaba posado sobre aquellas sábanas, Ben se colocó encima de mí, abriéndome un poco las piernas, provocando que el vestido que llevaba se me subiese un poco. Me puso una mano en la mejilla—Eres jodidamente hermosa...De hecho, podría quedarme observándote durante horas—Se pegó a mí, haciendo que nuestros cuerpos se rozasen, nuestras entrepiernas no eran la excepción. Se me escapó un gemido y se separó un poco. Sus ojos se abrieron levemente y no sé si por inconsciencia o porque era lo que pretendía, se volvió a rozar, sin embargo ésta vez noté que comenzó a tener una erección. Aquel descubrimiento me provocó un gemido, y a él le sacó un jadeo. Se separó de mí, incorporándose, se cubrió la cara con su mano derecha, aunque se le notaba un leve sonrojo por las partes que no llegaban a ser tapadas.

Ben Barnes || El favor ||  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora