Capítulo 3

6.2K 285 197
                                    

Me hallaba fuera del estudio, estaba ante un edificio de dimensiones magnánimas, con algunas ventanas en los pisos superiores, reservadas para producción y reuniones sobre los rodajes de las propias películas que se realizaban aquí. De hecho, el último piso estaba dotado con un espacio al aire libre, con sillones y barra, para que puedas relajarte. Se estaban planteando el poner una piscina, aunque el dueño no estaba muy conforme, pero se ve que no sabe decir que no. Me adentré por los pasillos grises, encontrándome con una amplia sala, donde ya había gente trabajando. Había llegado demasiado temprano, así que me dirigí a mi camerino. Me puse a hacer cosas banales hasta que fuese la hora de comenzar.

Tras ver varias historias de Instagram, un golpeteo suave resuena en mi puerta, giré mi vista en su dirección e indiqué que pase, sea quien sea. Cuando la puerta se abre, a quien menos esperaba ver es a Ben, su pelo negro es lo primero que visualizo, acompañado de un "Con permiso", su voz me acelera un poco el pulso. Desde aquel día en su casa, ésta era la primera vez que nos veíamos, recordé el beso y el rubor comenzó a cubrir mi rostro.

—Ben...¿Qué hay?—Me incorporo y le evito la mirada.

—Pues, aquí estamos...—Se rasca la nuca, aparta la vista de mí y se aclara la garganta—Quizá deberíamos hablar de lo que pasó en mi casa el otro día, ¿No?—Ante sus palabras me doy la vuelta hacia una mesa y comienzo a rellenar un vaso de agua, el pulso no es muy acertado debido a mi nerviosismo y accidentalmente salpican algunas gotas la madera de la tabla.

—¿A qué te refieres?—Mi voz temblorosa me delata y toso un poco para intentar estabilizarla.

—_____, mírame—Me giro y está más cerca de lo que me esperaba, haciéndome retroceder al instante.

—No fue nada, solo estábamos actuando.

—¿Estás segura?—Me coge del mentón y me obliga a mirarle a los ojos, aquellos ojos que me hacían perder el aliento, aquellos ojos por los que suspiraba. No serían azules o verdes, pero para mí lo eran todo.

—Yo...—Titubeé y su agarre se volvió más firme, justo cuando estaba a punto de hablar, la puerta se abrió, dejando ver al director.

—Hola chicos, ¿Practicando? Aunque no recuerdo algo así en el guión—Nos separamos inmediatamente y tragué saliva, ¿Por qué ahora? No habíamos hablado desde ese día, ¿Por qué querría resolver las cosas justamente en éste instante?—Hablando del guión, he añadido unos cuantos cambios, os dejo por aquí la nueva copia, Ben, acompáñame y deja a _____ a solas para poder cambiarse, ah, por cierto, la ropa está en esa caja, póntelo, te esperamos fuera.

Ben intentó replicar, pero el director le cogió por la cintura y lo sacó de allí, cerrando la puerta tras de sí, tras pasar unos segundos me dispuse a ojear el guión, cuando llegué a lo que tocaba ahora me quedé estática. Corrí hacia la caja y la destapé, dejando ver su contenido por primera vez.

Me puse el conjunto y me miré al espejo, era lencería negra y un albornoz de tela bastante fina y transparente. Me sentía tan desnuda aquí sola en mi habitación que no quería imaginarme delante de Ben de esta guisa. Las escenas que había añadido el director eran demasiado íntimas, nuestros personajes lo habían dejado en una discoteca, ella le había invitado a pasar la noche a casa y él la estaba esperando en el sillón porque mi personaje había ido a cambiarse y sorpresa, aparecía así.

Cogí aire y reuní la máxima confianza posible y salí de allí hasta la zona del rodaje, cuanto más me acercaba, más se me aceleraba el pulso, de hecho creo que se me paró totalmente cuando lo vi de espaldas a mí y desnudo de torso para arriba. Estaba hablando con el director, quejándose de éstos cambios, aunque lo hace en un tono tan suave que cualquiera diría que es una conversación normal. El director fija su vista en mí, ya que estoy justo detrás de Ben, el cual se gira a descubrir por qué el director no le está prestando la más mínima atención. El momento que más temía llega cuando sus ojos se posan en mí, me estaba escaneando cada una de las partes de mi cuerpo, haciendo que se me erizase la piel, hace varias veces el recorrido hasta que al final su viaje termina en mis ojos, aunque su mirada parece ida, como si no estuviese aquí. El director da una palmada y a continuación nos guía a ambos al set. Grabamos algunas escenas con roces "accidentados" por parte de nuestros personajes, aumentando todavía más la tensión que hay entre ellos, y por consecuencia, entre nosotros, aunque ni siquiera sé si Ben siente lo mismo que siento yo cuando le miro y lo único que quiero es que ninguna de estas personas estén presentes.

Ben Barnes || El favor ||  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora