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Este es Louis, 19 años, cabello castaño, ojos tal vez demasiado azules. Se podría decir que es el balance perfecto entre masculino y femenino, ahora, está discutiendo con su madre; todo empezó como una pequeña conversación, debe ir a la universidad en exactamente una semana y pareciera que su madre y él no están completamente de acuerdo en la forma en que lo hará

— no pienso volar, ya te lo dije —gritó, su madre está haciendo algo en la cocina y lo dejó discutiendo solo en la sala — ¿sabes Louis? volaste una vez, hace tantos años y no entiendo por qué este miedo a volar, ¿por qué no simplemente te olvidas de esto y subes a un avión? sería más cómodo, mil veces más rápido, sin mencionar que pasarías más tiempo con tu familia antes de irte por me...ses— dice mientras mastica, ¿fresas?

— muy bien madre – dice Louis con un tono sarcástico – ya entendí, prefieres que esté aterrado por...¿cuánto es?¿DOS HORAS Y MEDIA? a que viaje tranquilamente por cuatro o lo mucho cinco días, vamos, sabes que me servirá para lo que tanto me pides, conocerme a mí mismo, soy un gran compañero de viaje


La tensión era notable, la desesperación de Johanna, la madre de Louis, todavía más, — tambien – dijo Louis en un tono demasiado optimista – es más barato para ti, sabes que amo conducir y... y... conocería el país, de New Jersey a Florida hay paisajes hermosos, podría aprender a apreciar la vida de forma diferente y empezar la universidad como un Louis completamente nuevo, déjame ir solo, no podría vola r— dice haciendo un puchero, su madre debía admitir que era muy persuasivo y la forma en la que su rostro se iluminó al terminar de hablar era hermosa

— es mejor que empieces a empacar entonces - cedió

—¿ESTAS HABLANDO ENSERIO? ¿PUEDO?

— si no vas ahora a empacar puede que cambie de opinión - Louis salió corriendo

—GRACIAS MAMÁ TE AMO NO TE ARREPENTIRAS

—QUIERO ACTUALIZACIONES LOUIS ¿ME ESCUCHASTE? - apenas podía hacerlo, la emoción y estar corriendo por toda su habitación era demasiado

— NO PROMETO NADA JOHANNA! -solo pudo reír, como desde el primer día que lo vio, era su mejor amigo, era todo lo que necesitaba, amaba a su hijo, sabía que iba a estar bien.

No podía creer que su pequeño se iba a la universidad, era su segundo intento claro, pero era lo que más deseaba, estaba en camino a su vida, a convertirse en la persona que debe ser, a resaltar en el mundo.

Pasó la noche pensando en todas esas canciones que su hijo componía, la manera en la que expresaba esas emociones o describía escenarios fantásticos, eran profundos, tenían cuerpo, historia, una parte de Louis. En algún momento de la madrugada se levantó a observarlo, tenía la maleta a medio cerrar y dormía plácidamente, recordó cuando le dijo que estudiaría música en Florida, lloro toda la noche, tal vez toda la semana. Estaba orgullosa, después de todo, crió a una persona fuerte.

No durmió, cuando faltaban quince minutos para las cinco lo despertó — vamos niño, he escuchado rumores que tu conductor no es tan nato, mientras más rápido salgas, más rápido llegas — sentía nostalgia, se escuchaba. Louis despertó casi de inmediato, tomaron el desayuno juntos, se rieron todo el tiempo, hablaron, se despidieron.

Probablemente sea más dramático de lo normal, pero, iba en busca de sus sueños, su independencia, habían hecho esto juntos.


—muy bien mamá, te llamo cuando haga una parada, tal vez conduzca unas cinco horas hoy y me detenga a descansar en algún lado – dijo mientras metía sus dos maletas al auto – no creo parar a comer, sabes, prefiero los pequeños snacks de camino - Johanna lo abrazó y lo despidió una vez más, mientras amanecía, vio el pequeño auto azul alejarse.

Por otra parte, Louis jamás se había sentido tan adulto, condujo somnoliento por unos cuarenta minutos antes de detenerse a cargar gasolina y comprar café.

El viaje los siguientes días fue muy tranquilo, paraba a comprar café, algún pastel tal vez, cargar gasolina, una vez entro a un bar a beber algo, dormía en algún estacionamiento por cinco o seis horas y continuaba. No hablaba con él, no se estaba "conociendo" como había prometido, escuchaba música casi todo el tiempo, pasaba de The Strokes a Sam Smith a Nirvana a Taylor Swift, incluso escucho la banda sonora de Juno.
Había llamado a su madre, ella en cambio, había devuelto las llamadas y enviado mensajes en una exagerada cantidad para su gusto.

Eran las 5 am cuando pudo divisar el cartel de "Bienvenido a Virginia, el lugar para los enamorados" río –que puede tener de especial un estado para que los enamorados deban estar acá– se dijo a sí mismo.

Condujo hasta el centro y se detuvo en una pequeña gasolinera que tenía un centro de copiado, de conveniencia y un café al lado, supuso que deberían abrir en unas horas, así que durmió.

Alrededor de las ocho treinta un auto que acababa de cargar gasolina lo despertó, somnoliento salió, hizo una pequeña rutina de estiramientos junto a su puerta, tomó su billetera y empezó a caminar hacia el café.

Virginia no tenía nada especial, era igual a New Jersey, pensaba.

Cuando llegó a la entrada del café estaba cerrado

— no creo que tarden en llegar, el chico es muy puntual siempre - dijo un hombre en el centro de copiado, asintió y le dio una pequeña sonrisa. Tomó asiento junto a la puerta para esperar y empezó a contestar los mensajes de su celular.

Varios, la mayoría, eran de su madre, algunos de las gemelas y un correo de recordatorio del inicio de clases.

—Lo siento, lo siento, ¿estás esperando? – escucho que preguntaron de repente, quien supuso era el encargado de abrir el café – el autobús – buscaba algo en su mochila, iba corriendo – se retrasó, lo siento

— Está bien – dijo, levantándose del suelo – solo necesito un buen café para seguir mi camino - abrió rápidamente, Louis entró tranquilo y el chico corrió para salir un par de minutos después con un delantal y su cabello revuelto.

Encendió las máquinas y las luces, tenía aspecto somnoliento al igual que Louis. Era alto y delgado, pálido y con cabello castaño, parecía ser suave, seguramente olía bien – pensó – tenía unas converse puestas, sus cejas estaban fruncidas, era bonito.

— Entonces amigo, ¿qué te sirvo?- preguntó y sacó a Louis de su ensimismamiento

—emmm.. un café grande por favor y ¿tienes algún pastel pequeño? - el chico dirigió sus ojos entrecerrados a Louis "creo que... – dijo lentamente mientras buscaba – unas galletas de coco ¿te interesan?" le mostró un pequeño paquete a Louis "bien — sonrió — dame un paquete y un café grande por favor"

Un ángel, era un ángel a quien veía moverse detrás del mostrador mientras preparaba su pedido, pensó en hacer alguna broma, preguntarle por qué creía que decían que los enamorados debían estar ahí, podría pedirle su número, coquetear un poco, quizá comprar otro café y dejárselo, intercambiar correos.

—Listo, serían $15 - dijo el ángel sonriendo ampliamente, mostrando unos hoyuelos preciosos. Al parecer era muy tarde para hacer algún movimiento, en su lugar, dio las gracias, pagó, tomó su pedido y salió casi corriendo de ahí.

the city where the sun don't  setDonde viven las historias. Descúbrelo ahora