Ay mi querido Mikey me debes terapia. Pero te amamos así como eres <3 Espero puedas ser feliz otra vez <3 ♡
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La fiesta de cumpleaños de Mikey parecía estar llegando a su fin, el rubio parecía feliz, demasiado feliz. Draken había hecho su mejor esfuerzo para hacer una fiesta sorpresa para él, Takemichi había prestado su casa para la ocasión y los demás habían llevado los dulces favoritos de su capitán, Emma se había esforzado por hacerle una torta perfecta, además de que había dedicado su tiempo para hacer pequeñas réplicas de todos ustedes para agregarle emoción. Cuando Mikey vio la torta, realmente lloro de felicidad.
Y si, la fiesta fue una total locura. Smiley, Baji, Chifuyu y Kazutora se pasaron de ebrios, literal, peleaban entre si con risas alocadas mientras sonaba "Perros salvajes" de Daddy Yankee. Mikey y tú se dedicaron a comer, literalmente, todo lo que había, dulce salado, no importaba. Mitsuya y Draken, como la parte racional que eran, se quedaban al margen, tomando una cerveza con calma. Emma, Hina y Yuzuha estaban totalmente descontroladas, bailando como si fuera el último día. Angry y Hakkai permanecían al margen, pero realmente estaban tan ebrios que solo podían quedarse sentados y observar el desmadre. Una hora más tarde, todos estaban descontrolando, cantado "Rompe" de Daddy Yankee mientras saltaban se empujaban. Dos horas más tardes, todos quebraron. En el piso, en el sofá, en todos lados, Hakkai permaneció al lado del baño porque, seamos sinceros, sería el primero en ir a vomitar.
Una vez que todo se calmo, apoyaste tu cabeza en el hombre de Mikey, él te rodeo con su brazo y permanecieron así en el pequeño balcón de Takemichi. Seguía oscuro, pero sabías que pronto amanecería, querías decirle cómo te sentías. Ahora que él alcohol se había desvanecido un poco, era momento de confesarte.
-Mikey... ¿Sigues despierto?-susurraste.
-Claro... Un poco-se rio un poco y las vibraciones de su risa te hicieron suspirar.
-¿Puedo decirte algo?-preguntaste, cerrando tus ojos. Luchabas a todo costa contra el sueño y él lo notó.
-¿Quieres dormir?-preguntó.
Te paraste y sentaste frente a él, era ahora o nunca. Tomaste suavemente su nuca y lo acercaste a ti para poder besar suavemente sus labios, un contacto que duró poco, pero que los envío a ambos hacia el cielo. Te separaste un poco, con las mejillas sonrojadas y una sonrisa de par en par.
-Te amo, Mikey, siempre lo hice. Quiero verte feliz, quiero apoyarte en todo, quiero cargar contigo las penas, las tristezas, todo, quiero un futuro a tu lado. Feliz cumpleaños, Manjiro-sonreiste suavemente, mientras algunas lágrimas caían por tu mejilla.
Mikey pensó que eras lo mejor del mundo, pensó que eras demasiado para él, pensó... Que tal vez ahora tenía una nueva forma de vivir y soportar el dolor. Te abrazó con fuerza mientras escondía su rostro en tu cuello, sentiste algunas lágrimas salir mojar tu piel.
-Realmente pensé... Que estaría bien solo... Pero ya no puedo ¿Sabes?-susurró-. Te amo... Quiero compartir mis penas contigo, mi felicidad... Mi mundo. Quiero protegerte hasta el final... ¿Me dejarías hacerlo?
Acaricaste su cabello suavemente y asentiste un par de veces para tomar su rostro entre tus manos. Limpiaste sus lágrimas con tus dedos y besaste su frente.
-Siempre te dejaré protegerme, siempre te dejaré amarme.
Sonrió feliz mientras se acercaba para repartir besos por todo tu rostro deteniéndose en tus labios.
-Me gustas, T/N... Se mi novia, por favor.
-Me gustas también, Mikey... Por favor, cuida de mi.
Finalmente llegaron aquella promesa con un beso tierno y suave, lleno de sentimientos que tal vez no podría expresar con palabras. Lo siguiente que sucedió, fue el gritó de todos...
-"VIVAN LOS NOVIOS"
-¡MIKEY! ¡TE VOY A MATAR! ¡¿QUÉ TE DIJE DE SALIR CON MI HERMANA?! ¡VUELVE AQUÍ ENANO!
Y así, Draken salió a correr por toda la calle a su amigo, mientras tu tenías a dormir feliz con Emma y los chicos.
Mikey había pasado el cumpleaños más feliz de su vida. Había perdido muchas personas en su vida, pero estaba feliz de ahora poder estar con la chica que le gustaba... ¡Por supuesto si sobrevivía a la paliza de Draken!
-¡Lo siento, Ken-chin! ¡Pero sabías que la amo mucho ¿Verdad?! ¡Prometo cuidarla!
-¡Te voy a matar!
Al final, Draken se rindió y aceptó que salieran juntos, después de todo, él se sentía feliz de que fuera Mikey y no cualquier otro idiota.
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