Capitulo 2.

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POV Jonathan Joestar.

Después de un día agitado en el trabajo, regreso a casa con la esperanza de que todo esté más calmado, apenas entró a la casa me inunda el delicioso aroma de la cena.
Dejo mis cosas y me dirijo hasta el comedor, dónde encuentro a mis hermanos alistándose para comenzar a cenar.
-Jonathan! Llegaste justo a tiempo, vamos siéntate avisaré al chef que te prepare un plato.- dice Joseph apenas nota que entro al comedor.
-Muchas gracias.-digo a la vez que tomo lugar en la silla principal del comedor.
Mientras espero mi comida, observó como Jotaro está comiendo de manera lenta y. . .feliz?
Espero que mi imaginación no me este engañando pero observó como Jotaro tiene una pequeña sonrisa en su cara.

-¿Como ha estado tu día, Jotaro?

-¿Mhhh? Estuvo bien.- contesto un poco desconcertado ya que no es común que yo le hable durante la cena.

-Me alegro mucho por tí.-le diríjo una pequeña sonrisa la cual para mí sorpresa fue contestada con una por parte de Jotaro.

Después de eso la cena transcurrió con completa normalidad, terminamos de comer y nos fuimos a acostar, antes de dormir pienso en lo que me dijo Joseph, tal vez tenga razón y deba darle espacio a Jotaro.
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POV Jotaro Kujo (En la mañana)

Cómo la mayoría de días salgo a dar un pequeño paseo para relajarme, a mi lado el pequeño Iggy me sigue en mi travesía.
Comúnmente me dirijo al río que está cerca de la mansión y observo el paisaje, en ocasiones dibujo unas cuantas cosas, aunque creó que hoy solo me relajare. Para no alargar mi camino decido tomar el atajo que uso con regularidad, todo iba de maravilla hasta que pise mal una roca y tropecé, rodando hasta la orilla del río, Iggy se acerco rápidamente a mi mientras lanzaba uno que otro ladrido. Tal vez me quede en el piso por unos 15 minutos ya que mi cabeza no deja de dar vueltas, y pues yo evitaba desmayarme.

-Tranquilo, estoy bien o eso creo.- dije al tiempo que me paraba después de que mi cabeza se relajara, pronto sentí una fuerte punzada en mi brazo izquierdo notando rápidamente mi chaqueta rota y con un poco de sangre alrededor de la herida. Simplemente me cubrí la herida con mi mano derecha pienso cual es la mejor excusa para engañar a mis hermanos, estoy tan sumido es mis pensamientos que no noto como Iggy comienza a gruñir en dirección a mi espalda.

-Estas bien?- escucho a alguien hablarme por detrás. Me sobresalto un poco antes de darme la vuelta y observar al dueño de esa voz. Escucho a Iggy ladrar así que le pido que guarde silencio para no alterar las cosas.
Y lo que me encuentro es a un joven, tal vez de la edad de Jonathan, cabellera rubia, con ojos color ámbar con cierto toque de rojo en ellos, viste de forma muy formal, además que por su olor logro saber que es un Alfa de alto rango, por alguna razón que desconozco su cara y olor se me hacen familiar...

-Parece que eres mudo, tal vez deba de darte algo para que escribas.- El extraño volvió a hablar a su vez que busca algo en su bolsillo derecho.

-No soy mudo.- Respondí rápidamente al salir de mis pensamientos.

-Bueno eso es un avance, pero eso no explica por que no contestaste a mi pregunta.

-No se, tal vez por que eres un desconocido?, además de eso agrega el hecho de que yo soy un Omega y tu un Alfa, así que no se que clase de intenciones tienes conmigo.

-Tienes razón, pero no crees que si vengo con otras intenciones te hubiera atacado mientras estabas distraído?

-Touché.- respondo mientras suelto una pequeña sonrisa.

-Bueno pero si lo que buscas es que me presente, pues con gusto lo haré. Me llamo Dio Brando.- dijo a la vez que hacia una pequeña reverencia.

-Ohh, lindo nombre.- digo un poco desconcertado ya que su nombre me suena familiar.- Bueno mi nombre es-

-Jotaro Joestar.- respondió por mi Dio.

-Como lo supiste?- pregunte incrédulo.

-Bueno todo el mundo sabe sobre el mas joven de los Joestar.- respondió restándole importancia.

-Ohhh- susurré. . .

-Sabes que hora es?- preguntó agitado al recordar que debo volver a casa temprano.

-Son casi las 12 y media.

-Demonios- digo a la vez que tomó a Iggy en mis brazos (el cual se quedo dormido después de que le dije que guardara silencio) y comienzo a correr en dirección a la mansión.

-Espera, podemos volver a vernos aquí mañana?- escuche gritar a Dio desde la orilla del río.

-SIIII!- respondí lo mas fuerte que pude, debo de admitir que Dio me cayo bien, a pesar de que parece de ese típico Alfa que tiene el ego hasta el cielo y se creen los mejores en todo, me agrado bastante.

Al llegar a la entrada de la casa deje ir a Iggy para que fuera a descansar, este fue corriendo rápidamente a encontrarse con Danny (el otro perro de la familia) pero no sin antes darme una mirada indignada, y no lo culpo ya que lo desperté de forma brusca.

Apenas entro a la casa soy recibido por el gran Jonathan Joestar.

-Se pude saber donde estabas y por que llegaste tar ¡¿¡Que te paso en el brazo!?!.- grita Jonathan al notar mi herida en el brazo, que por cierto me dejo de doler después de estar un tiempo hablando con Dio.

-Yare Yare es sola una simple cortada, déjame en paz.- digo restándole importancia al asunto.

-Jotaro Joestar, esa no es manera de hablarle a tus mayores.

-Y tu pareces no entender que mi apellido no es Joestar es Kujo, con eso aclarado me voy.- contestó de forma brusca a la vez que corro a mi cuarto, donde apenas llego cierro la puerta.
Me dirijo al baño y tomo una venda y comienzo a envolver mi herida (eso después de desinfectarla), después me recuesto en mi cama y por una extraña razón Dio viene a mi mente, el a diferencia del resto no me trata como un Omega que necesita protección, me trato como si fuera una persona cualquiera, me sorprendió que ni por que sea un miembro de los Joestar se comporto de manera adecuada, debería sentirme ofendido por su tono condescendiente al momento que hablo conmigo pero poco me importa.
Aunque debí haberle dicho que mi apellido es Kujo no Joestar, al menos mañana tendré tiempo para corregir ese pequeño error.

Eres mio. . .Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora