Secretos y mentiras

5. ¿nunca has visto películas de terror?

ola 

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Era lunes y tenía instituto, tampoco es como si no tuviera vida estudiantil. Me falta un año para terminarlo y mi hermano Ander ya está en el último. No puedo creer que en tan solo unos días haya descubierto que tenía otro hermano y que mi casa era un lugar de misterios.

Como todos los hermosos lunes me levanto por el cantar de los pájaros. Que no se note mi sarcasmo, me levante por otra pesadilla no entiendo porque Jonás las sigue colocando si ya se dé el, y nos está ayudando, o ¿abra otro motivo? Le tendré que preguntar, por lo pronto a asistir al instituto ¡yei!.

Me alisto con las mejores ganas del mundo bajo a desayunar sola obviamente, mi hermano debe estar todavía en su cuarto, y mama pues nunca está en casa solo viene a dormir, ya me acostumbré a estar sin ella, la casa parecía como si solo viviéramos Ander y yo, ni mascotas nos deja tener, pero bueno con el tiempo nos hemos ido acostumbrando.

He querido preguntarle acerca de papá, pero cada vez que le intento hablar de él me mira con odio, trato de no darle importancia a eso, pero en el fondo me duele ya que es mi mamá.

Subo al cuarto de mi hermano a revisar si ya se despertó, pero el sonido de la regadera me lo confirma lo espero para que nos vallamos al instituto.

Al llegar mi hermano se va con su grupito de amigos

- Un adiós Aida que te valla bien, no te va a dejar calvo hermanito –le reprocho con una sonrisa fingida

- Ah sí adiós – me responde con simpleza

- Oye Aida – escuche que me llamaron así que me voltee mirando a nada más y nada menos que Edward cullen ok no, era Liam el mejor amigo de mi hermano, un poco fastidioso el, pero pues quienes somos nosotros para juzgar

- Hola Liam – le respondo con cansancio al saber lo que se viene

- Que te vaya bien preciosa – hago una mueca de asco

- Sabes que Liam, metete tu preciosa por donde no te da el sol, gracias – le dije con tono de amabilidad que obviamente era falso ya que detestaba que me dijeran cosas como esas

- Así no lograras nada hermano – le dijo Aarón (otro amigo de mi hermano) a Liam, al que mire con una ceja enarcada

- Si no tienen más estupideces por decir me retiro, que les vaya mal chicos, adiós – me despedí deseándoles lo mejor

- Ojalá los muerda un cocodrilo- pensé

- se montaba en su nubeee en su nube voladora...la propia nubecita, la propia nubecita - me fui cantando.

Las clases transcurrieron con normalidad aclarando que cada cinco minutos veía el reloj en la pared, hubo un momento en que uno de los dolores de cabeza vino acompañado de imágenes, ese era una de las cosas que tenía que preguntarle a Jonás que significaban esos recuerdos y bueno muchas cosas más, cosas que haría al llegar a casa.

Estoy en la última clase y tal vez podría hablar con Jonás, claro si se puede, cierro los ojos y empiezo a pensarlo

Que sucede, ¿todo bien?

Casi grito de la emoción al saber que si pude contactarme con el

Hola Jonás ¿Cómo estás? – y así empieza una de las preguntas más tontas que he hecho ya que me conto que lo tienen en un lugar casi parecido al cuarto del sótano de mi casa

Supongo que bien ¿y tú como estas?

No sé cómo sentirme, pero ahí vamos, quería hablar contigo ya que estoy demasiado aburrida en esta clase de matemáticas