Alkai, mi nuevo amigo (Parte 2)

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El despertar es algo extraño; sabes que puede ser un día malo, pero tú te sigues levantando sin cuestionamiento... Es interesante cómo enfrentamos las cosas inesperadas, ya que nosotros simplemente las encaramos, nos adaptamos a la situación.

Planeo salir a comprar unos audífonos nuevos, los que tenía se rompieron; puede que también compre algo de comida, una crepa o algo. 

Cuando sales de casa, sientes la incertidumbre de saber que algo malo puede pasar, pero, la única forma de evitarla es, no hacer nada, así es, es la única forma, ¿quieres prevenir algo? simplemente no lo hagas, no lo hagas, porque no hay otra forma, o lo enfrentas, o no.

 Voy de camino a la tienda de electrónica más cercana, espero no tener que interactuar con alguien, eso me arruinaría el día... Simplemente voy a comprarlos; le daré el dinero al cajero sin hacer algún tipo de interacción, y me retiraré... ja, es bastante fácil, a veces me complico mucho la vida... 

¿Será que nuestro cerebro nos prepara mentalmente para lo peor? Es confuso, ya que se puede llamar ansiedad o miedo a lo que puede pasar, pero, ¿por qué no lo llamamos "prepararnos para lo peor"? ya que no olvidamos la posibilidad de que suceda esa situación, no importa qué tan mala sea. La ley de Murphy dice que, si algo malo puede pasar, pasará, entonces, con esa posibilidad, entendemos que simplemente es prepararnos para lo peor, y bueno, aparte de ser un miedo, es una prevención.

Ok, Ok, es hora de entrar... no pasará nada, tranquila... Unos audífonos pequeños sería la mejor opción, ya que no llaman mucho la atención, y son fáciles de cargar. Ah, logré salir con vida, de hecho fue bastante fácil; en verdad me complico mucho las cosas... Ahora voy a comprar un litro de helado... sí, me servirá para unos días, supongo. 

Compré mi helado favorito, el de chocolate con menta; para poder comprarlo, hice la misma dinámica que con los audífonos, dar el dinero sin interactuar. Creo que es hora de ir a casa, ya me siento un poco cansada de estar afuera...

Tengo bien en claro que no debo hablar con gente desconocida, pero... un chico... alguien me está hablando... ¿Qué debería hacer? 

Alkai: Hey, ch-ch-chica, escúchame, por favor... ¡No te vayas!

Alessia: *con un tono de voz bajo* ¿Qu-qué necesitas...?

Alkai: Hola. Tranquila, soy inofensivo. Mi nombre es Alkai, pero puedes llamarme Al.

Alessia: ...

Alkai: He notado que eres una persona de pocas palabras, y por eso estoy aquí.

Alessia: Mira, no tengo tiempo para bromas, si es que necesitas algo, solo dilo.

Alkai: Curioso, porque estoy aquí por ti, así es, vine a verte, Alessia.

Alessia: *se nota molesta* Lo lamento, no estoy de ánimos para juegos. *se va*

Alkai: ¡Nos volveremos a ver, mi querida Alessia!

Vaya experiencia más extraña... nunca había vivido algo así. Me siento tan desconcertada... ¿!Por qué dijo que venía por mí!? 

Esa tarde, fue el inicio de una semana sin salir, solo a clases, pero esta vez, su madre la llevó en coche, ya que Alessia estaba atemorizada por esa experiencia tan extraña.

Hasta que una semana después de la desagradable experiencia, Alessia se vio en la necesidad de salir a visitar a su abuela en el hospital de la ciudad. Su abuela se encontraba en una preocupante situación, ya que recientemente había sido diagnosticada con cáncer de pulmón, a causa de una vida de constante consumo del cigarrillo.

Alessia y su madre salieron a las 9am, y tenían planeado regresar aproximadamente a las 7pm. Al llegar al hospital, estuvieron ahí 4 horas, hasta que salieron del hospital. Alessia y su madre fueron a una plaza bastante famosa, donde se separaron para ir a los lugares que a cada una le interesaba.

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