↗︎ Extra ↘︎

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—Jimin, ¿Qué ocurre, hijo mío?

Un solitario Jimin se encontraba tirado en el sofá de la sala. A pesar de que su cuerpo dolía por la posición, a él realmente no le importaba mucho en ese momento.

—No me pasa nada, má. —puchereó colocando una almohada sobre su cabeza, buscando desaparecer.

—Hey.. —Jisoo se arrodilló frente al sofá donde su hijo se encontraba. Trató de quitarle la almohada de encima, pero Jimin simplemente se negaba a dar la cara— Aish, dime qué ocurre, bebé —Acarició suavemente la espalda contraria.

Jimin dudó en decirle, pero pensó que si se lo guardaba por más tiempo, las cosas se agrandarían, y se sentiría peor, por lo que optó por contarle las inquietudes que tenía.

Se reincorporó y miró las manos en su regazo, jugando con ellas nerviosamente.— Mmm, yo miré a Jungkook hablando c-con... —hizo una pausa y suspiró— Kai.

—Oh.. —Jisoo claro que estaba al tanto de la situación que se vivió con ese chico, fue consciente del daño tanto físico, como emocional que le causó a su hijo; y ahora, que su yerno estuviera hablando con ese abusivo, era algo muy fuera de lugar.— ¿Y eso?

—No lo sé, y-yo.. Mm, estaba caminando hacia mi salón y los ví charlando dentro de un aula vacía, quise escuchar lo que decían pero justo en ese momento las personas comenzaron a ingresar a ese salón y ya no pude hacer nada. —su voz se escuchaba decaída. ¿Jungkook ya era amigo de Kai otra vez? ¿Tan rápido se olvido de lo que le había hecho?

—Mimi —la delicada mano de su madre tomó su mentón, levantándolo con suavidad para que sus ojos la mirasen —¿Le preguntaste a Jungkook qué fue lo que pasó ahí? Digo, no tienes que malinterpretarlo si no sabes lo que verdaderamente ocurrió, cariño. No te sientas mal por eso y habla con él, ¿si? La comunicación siempre es el punto clave del funcionamiento en una relación.

Jimin asintió comprendiendo todo lo que su madre le decía.

Jisoo creyendo que había hecho un buen trabajo, se levantó justo cuando sus piernas se estaban adormeciendo y se dirigió hacia la cocina a preparar la comida para la cena.

Estaba a punto de sacar los ingredientes para una excelente comida hecha en casa, pero cuando casualmente vagó la mirada hacia su hijo, se dio cuenta que este se había acurrucado nuevamente en el sofá y ahora lágrimas silenciosas recorrían sus mejillas.

Preocupada, dejó todo sobre la mesa y fue donde estaba su hijo otra vez.
—¡Jiminie! ¡Hijito, no llores! Te he dicho que todo estará bien con Jungkook —limpió con sus pulgares las amargas lágrimas que caían de los cristalinos ojos del menor.

—Lo sé, mamá —Pero no paraba de llorar.

—Aguarda, esto no es por Jungkook, ¿cierto? —cuando el menor guardó silencio, supo que había dado justo al clavo— ¿Qué pasa?, sabes que puedes confiar en mí.

—Mmm, b-bueno.. ¿Tú dijiste que papá vendría mañana, ¿cierto? —preguntó nervioso.

—Sí, Jiminie, por eso te dije que deberías regresar temprano a casa mañana.

—Pero ¡mamá! Tú sabes que él y yo no nos llevamos, él no me acepta como soy y aún así permites que venga aquí en la casa? —exasperó.

Jisoo cambió notablemente su semblante a uno más serio— Jimin, ya hemos hablado de esto, tú papá ha cambiado, sabes que las cosas ya no serán como antes, mientras más rápido lo aceptes, será mejor para ti.

—¿Las cosas ya no serán como antes? Acaso tú y él... —Jimin se tapó la boca con ambas manos— ¡No! No puedes volver con él, ¡no me hagas esto!

¡Jιмιɴ, ѕαl Coɴмιɢo! ↗︎ ĸooĸмιɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora