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Aritmética de las emociones...

Todo suma. Lo bueno, lo malo y lo regular. Aprendemos a agregar antes que a hacer cualquier otra cosa. Agregamos experiencias, agregamos conocimientos, agregamos personas en nuestro camino que en un principio nos pensamos que nunca jamás van a dejar de estar. Mentira, pero da igual.
Sumamos años de uno en uno y a la cifra resultante la llamamos edad. Sumamos sonrisas y lágrimas para más pañuelos de los disponibles. Princesas y ranas. Guerra y paz. Restamos cada vez que nos despedimos Aunque lo más asombroso de todo es que por mucho que restes, jamás esta resta dará cero. Siempre hay algo de lo que te puedes alegrar. Aunque sólo sea la capacidad de seguir creciendo y calculando. Que no está mal.
Hay gente que no necesita dejarte, pues te divide incluso cuanto está contigo. Y tendrás que acabar con relaciones impasibles si no quieres romperte de tanto estirar. Cuando duele irse, pero quedarse duele todavía más.
Y entonces, de nuevo con muchísima suerte, puede que algún día te encuentres a alguien con ganas de juntarse contigo para multiplicar. Alguien que no te juzgue más allá de lo imprescindible. Alguien que no tenga ganas de estar contigo para cambiarte por otro. Alguien que entienda que para que una relación tenga sentido, es imprescindible que juntos no sean menos, sino más. Cualquier múltiplo de la vida en soledad. Alguien a quien le guste tu yo de ahora, no aquél del que te quiere disfrazar.
Lo peor que te puede pasar es que de pronto, un día y sin previo aviso, te multipliquen por cero y tengas que volver a empezar. Pero incluso entonces, recuerda lo que te he dicho al principio del texto, por si lo llegaras a necesitar.
Todo suma. Lo bueno, lo malo y lo regular...🌻

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