┊𝐂𝐨𝐥𝐝 ❝ ʸᵘʷⁱⁿ ❞

네 번째

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Sicheng solía enfermarse por al rededor de una semana o una semana y media, la primera semana había pasado ya y todavía seguía con algunos pequeños síntomas, un poco de fiebre, estornudos, escalosfríos.

Y esas dos semanas se la pasó en tiktok, aquella plataforma de videos la cual era entretenida, vio cientos de videos, miles de videos y habían unos sobre algunas bromas de pareja que quería intentar con Yuta, este le hacía bromas a menudo, así que esta sería algo como "su venganza".

En ese momento estaba acostado en su cama, planeando cuál de las tantas bromas que vio, se decidió por una bastante simple, perfecta para empezar la guerra de bromas. Yuta estaba en la cocina preparando el almuerzo, Sicheng iría y le preguntaría "Dime la verdad" varias veces, talvez Yuta le estaba ocultando algo.

Se preparó para actuar y que en verdad pareciera que descubrió algo y se paró de la cama aún con su pijama blanca y sus pantuflas celestes, bajó hacia la cocina.

— Amor, ya estará el almuerzo, no te preocupes, solo falta cocer un poco la car..

— Dime la verdad — Sicheng habló con su mirada baja evitando completamente reír.

— ¿Qué? Amor ¿De qué hablas? — Yuta estaba confundido.

— Lo sé todo, dime la verdad Nakamoto — lo llamó por su apellido, oh por Dios, lo llamó por su apellido, eso casi nunca pasaba.

— Yo en verdad no sé a qu..

— Dímelo de una vez.. — vio a Yuta flaquear en sus palabras, eso significaba que algo ocultaba.

— Yo... — estaba indeciso sobre si decirle o no.

— No empeores las cosas.

— No quise hacerlo, en verdad que no, pero ese pastel de chocolate se veía tan delicioso y tú estabas dormido y yo no podía dormir así que.... cuando bajé a la cocina.... lo siento, nunca se hechó a perder, yo me lo comí.

Sicheng se lanzó a reír, su plan había funcionado.

— ¿Porqué ríes?

— F-fue una broma — habló entre risas — lo siento, lo siento, es que lo vi en internet.

Yuta sonrió mientras su lengua paseaba por las paredes internas de su mejilla, si su novio quería jugar, entonces jugarían.

Se acercó a Sicheng, sostuvo su cintura y lo apresó contra una de las columnas de la cocina, eso hizo a Sicheng ponerse nervioso.

— Duerme con un ojo abierto, amor, no sabes en lo que te acabas de meter — susurró en su oído haciéndolo temblar levemente, depositó un beso en el lóbulo de su oreja y se separó con una sonrisa. — vamos, almorcemos.

Sicheng se quedó quieto por unos momentos, pero finalmente sonrió, acababa de empezar una guerra.

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