26.- Una Cita

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Todas y cada una de las familias que asistieron a la reunión de los Yaoyorozu estaban saliendo todos encantados y ansiosos del próximo evento.

Particularmente alguien que a pesar de sus planes logró sobresalir en lo que para él era una gran farsa pues todo salió como planeó, era cuestión de tiempo para que su familia fuera aún más fuerte.

"Takahashi-sama" un hombre uniformado lo recibió a él y a su esposa abriendo la puerta de tan lujoso vehículo.
"No perdamos tiempo" ansioso ayudó a su esposa a subir y se fueron.

"Por un momento pensé que habría fallas" aunque extraño, aún tenía cierto pensamiento en su cabeza de que algo no estaba del todo bien.
"Le avisaré a nuestro hijo las buenas nuevas, ¡Tendrá que esforzarse más ganándose a su futura esposa!" aunque para ella era lo mismo, como madre su principal pensamiento era el que su hijo superará cualquier vestigio de grandeza de quien fuera, pararse en la cima más alta de que la ellos pudieron alcanzar.
"Esto es extraño… no puedo contactar a nuestro intermediario" - tch-"De seguro ha de estar holgazaneando vaya profesional de pacotilla, tendré que quejarme con su organización si no fuera por mi gran intelecto que sería de este plan con personas tan incompetentes" molesto tiró su teléfono al asiento y pasó el resto del viaje a casa discutiendo con su esposa.

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"Hemos llegado" tan pronto como se detuvo el auto alguien ya estaba para abrirles la puerta del auto.

Una gran mansión con un gran jardín que era custodiado por una gran cantidad de agentes vestidos de la misma manera, tan elegantes e imponentes que podrían asustar a cualquier ladrón con su misma presencia.

Pero aún ellos se postraban indefensos ante las personas de quien trabajaban, les hacia pensar porque personas como esas necesitan de sus servicio.

La pareja de esposos al entrar lucían asustados y temerosos hasta de sus propias sombras, por fuera podía regodearse todo lo que quisiera pues nadie podría atreverse a hacerles nada.

Ya habiendo terminado sus asuntos su tarea era reportarse a aquel que los ayudó a estar donde se encontraban, una fuerza omnisciente y casi omnipotente que a pesar de sus ataduras ha demostrado su valor y ser alguien con quien no se debe jugar.

Después de unos minutos de caminar al fin habían llegado a una gran puerta con grandes arreglos, tras de ella había un sótano para el cual la única manera de llegar a él, un único camino era por una escalera aparentemente sin fin pues a simple vista no se podía ver el fin.
Con la cabeza agachada y sin detenerse la pareja continuó, aún para la condición de sus cuerpos sin problema podrían recorrerlas pues desde que eran niños habían recorrido el mismo camino al igual que sus padres, abuelos tantas generaciones antes que ellos.

Después de casi una hora al fin habían llegado al final, pero ellos siguieron a través del portal al final del camino.
Tan pronto como entraron quedaron de rodillas debido a la fuerza que caía sobre ellos, sin importar cuántas veces intentarán acostumbrarse a ello, después de unos minutos en esa posición tan degradante levantaron un poco la mirada.

"Y BIEN QUE ESPERAN " una gran figura salió de las sombras, sin perder tiempo tomaron sus herramientas y continuaron con el trabajo que llevaban como carga los miembros principales de su familia desde su comienzo, el librar a aquel ser de las cadenas que lo retenía.
Tan pronto como tomaron sus herramientas y el esposo estaba apunto de dar inicio a su tarea
"¡TÚ! DIME QUE FUE LO QUE HICISTE" aún sin tocarlo el cuerpo del señor yuu comenzó a retorcerse y gritar.
"P-p-porfavor gran Legia-sama, q-que hizo m-mi esposo" apenas escuchó los gritos de sus esposo cayó al suelo con la cabeza pegada al suelo, el miedo era tal que no podía terminar una oración con claridad.

Lord shadow- us for allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora