Capitulo 5

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Quedó dormida profundamente.

Estaba preocupada por lo que pasaría si tuviera una pesadilla sobre su madre muerta, pero en el sueño de hoy, Claude apareció después de mucho tiempo.

Era el baile de Año Nuevo donde se conocieron.

La luz centelleante inglesa al final del candelabro, las damas y caballeros sonrientes, la voz que le susurraba al oído, una intoxicación que calienta todo el cuerpo.

Claude, elegante como una luna plateada, se encontraba en un paisaje florido.

'Claude, ¿lo sabes? En ese momento tú... eras una persona que combinaba con todo tipo de cosas brillantes'

Las palabras sinceras que no se podrían decir en la vida real.

Abrazó a Claude en sus sueños.

'Mi invierno numero 18, fue cuando te conocí, todavía no lo he olvidado'

Claude se reía.

Tenía una sonrisa triste, como cuando había elegido su muerte sin dudar, solo por ella.

'Sé eso, Te he amado desde el momento en que te conocí'

La noche en que permitió que le besara, de pie bajo el árbol de hoja perenne con lágrimas en los ojos.

'Sabes, si no hubiera aceptado tu beso en ese entonces... ¿Habria cambiado nuestro destino?'

No hubo respuesta certera, tragándose el dolor y dándose la vuelta.

Las preguntas que no puedes hacerte fuera de tus sueños confunden tu corazón.

'Claude perdí. todavía te amo'

—... ¡No, mamá!

Con solo una vieja pregunta sin resolver en su corazón, levantó sus parpados.

Estaba mirando unos ojos azules que se parecían a los de Claude.

El cabello plateado derramado le hace cosquillas en las mejillas.

—Mamá, dijiste que tenías que levantarte temprano hoy

Su juventud ya se había desvanecido de su vida, junto a ese hombre.

En cambio, estaba su papel de la madre de Blanche.

Eso la entristeció y la hizo feliz a la vez, sonriendo alegremente y abrazando a su hija.

—Gracias por despertarme, Chu

Su hija, que tenía los ojos muy abiertos, se hundió en sus brazos mientras reía.

Dijo amablemente:

—Chu, ¿te gustaría desayunar en la cama hoy?

—¿Wow en serio? ¿Está bien?

Llevar el desayuno a la cama era un lujo que a veces permitía que Blanche se mimara.

Blanche hizo una mueca de sorpresa, preguntándose si era su madre a quien le importaba tanto su estilo de vida y apariencia habituales.

—Sí, preparar la bienvenida para los invitados me ha cansado un montón

Blanche se sonrojó al oír su voz suave, acariciando el cabello de su hija.

—Entonces quédate aquí un rato, te traeré algo de comida pronto. ¿Entendido?

—¡Sí!

Blanche hurgó en la manta.

Escapare de mi final tragicoWhere stories live. Discover now