Escapare de mi final tragico

Capitulo 9

Vajilla de plata pulida a un lustre, y la luz de elegantes candelabros encendida al máximo.

Lujosos manteles revelaron el noble gusto de la persona que ahora decora este lugar.

El ambiente del restaurante con luz amarilla era acogedor en general.

Al escuchar el sonido de pasos entrando al comedor, la Sra. Loen rápidamente levantó la cabeza.

Y luego sonríe suavemente.

—Llega un poco tarde, señora

—Eso es, Tasha

—¿Tu conversación con Señorita Moren fue bien?

—Bueno, está bien. No tengo ninguna duda de que estaremos de acuerdo

Claude, que respondió de esa manera, la miró.

Pero ella ignoró la mirada.

—Entonces, señora, nos iremos

En un saludo amistoso, la Sra. Loen asintió tranquilamente con la cabeza.

Ella era la administradora de la mansión de Loen y su sirvienta.

Por supuesto, no hay razón para unirse a la cena en la que el propietario y los invitados están juntos.

Claude, que por un momento tuvo un rostro insatisfecho, abrió la boca al verla tomarse de la mano de Blanche.

—Tasha

—¿Sí?

—Me gustaría que Señorita Moren y su hija también estuvieran en la cena, ¿qué piensas de eso Tasha?

Una leve sorpresa apareció en el rostro de Señorita Loen ante esas palabras.

De hecho, ella, la dueña de la mansión, no podía saber lo que había sucedido.

Claude, a quien vió en el jardín antes con Blanche, era una persona completamente diferente al Claude que había conocido.

Después de escuchar esa historia, pensó que debía haber algo entre ellos dos.

Entonces, proporcioné un lugar para que los dos tuviéramos una conversación.

Es suficiente para hacerla sentar en la mesa.

¿Realmente el Marques y señorita Moren tenían una relación especial?

Claude miró a la Sra. Loen, quien inclinó la cabeza y la instó una vez más.

—¿Tasha?

—Ah, sí

La voz rara y ansiosa era una voz que casi nunca había pronunciado.

La dama asintió con la cabeza.

—Haz lo que quieras. No me importa

—¿Escuchaste, Señorita Moren? Espero que disfrutes de la cena con la señorita Blanche

Como si esperara esas palabras, Claude hizo una seña por un momento.

Sin darse cuenta, ella frunció el ceño.

—Estamos bien. Ustedes deberían charlar, no se han visto en un largo tiempo...

—No. Quiero que Señorita Moren y la Srta. Blanche estén contigo

Claude no solía ser terco, pero hoy fue el primero en dar un paso delante.

Como si se pudiera en su lugar, la señora Loen agrego unas palabras.

—Está bien. Es raro que tenga que pedírselo y una y otra vez

—... Sin embargo

—Espero que no lo rechace, Señorita Moren